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Chivas empata y se aleja de la final
Omar Arellano salió corriendo hacia un costado de la cancha, eufórico, agitando bruscamente sus brazos, gritando con todas sus fuerzas el gol del empate que fue un justo premio a su actuación, y que significó el empate 1-1 ante la U. de Chile.
Omar Arellano salió corriendo hacia un costado de la cancha, eufórico, agitando bruscamente sus brazos, gritando con todas sus fuerzas el gol del empate que fue un justo premio a su actuación, y que significó el empate 1-1 ante la U. de Chile que deja todo en el aire para el partido de vuelta de las semifinales de la Copa Libertadores.
Y Arellano tenía razones de sobra, porque anoche fue el mejor jugador rojiblanco, el único que se atrevió a hacer algo diferente con la pelota en los pies, y que desquició a los zagueros andinos que en más de dos ocasiones tuvieron que recurrir a las patadas para detener al menudo delantero.
Pero anoche el nueve de las Chivas tuvo que esperar para reflejar en el marcador su gran noche, porque tras un buen primer tiempo en el que se fueron 0-0, un garrafal error de Héctor Reynoso le permitió abrir el marcador a los visitantes de manera prematura en el complemento.
Luego de un largo servicio de Walter Montillo, el zaguero no atinó a despejar la pelota, dejándola al alcance de Juan Manuel Olivera, hombre que la peinó al área chica, sitio en el que Rafael Ogarra sólo la empujó a las redes con la frente para después dejar helado a todo el estadio.
Y cuando parecía que la noche se le venía encima al Rebaño, apenas cuatro minutos después de verse en desventaja (51), gracias a una pelota parada consiguió el empate.
Alberto Medina cobró un tiro de esquina rematado por Omar Bravo, exigiendo al portero a emplearse a fondo, y provocando que el rebote saliera justo a donde Arellano se encontraba para conectar con rencor el balón y decretar el 1-1.
Un justo premio para su gran noche.
Luego llegaron las fallas
Tras el tanto del empate, los tapatíos estuvieron a nada de llevarse el triunfo, pero primero, Alberto Medina remató apenas desviado en una gran maniobra individual al disparar de media vuelta en una pelota que no dejó caer.
Después, Miguel Pinto hizo la atajada de la noche cuando todo el Azteca ya preparaba el festejo. Omar Arellano apareció solo dentro del área, disparó cruzado, y cuando ya pensaba en festejar, el guardameta visitante se estiró para llegar a la pelota y mantener el empate en su meta de maneta providencial.
Del otro lado, los chilenos sólo se aferraron a tratar de ordenarse en su zona defensiva, atinando solamente a despejar a cualquier lado cada pelota que su rival puso en su área.
Si bien intentaron llevarse el triunfo que pudieron merecer, un error de uno de sus hombres más experimentados dejó todo en el aire para la vuelta en Chile, encuentro en el que los andinos tendrán ligera ventaja luego de llevarse un gol como visitantes.
Un empate sin goles ante su gente los pondría en la final, mientras que el 1-1 forzaría los penales. Cualquier igualada con más anotaciones califica a los mexicanos.
En la vuelta, las Chivas están obligadas a empatar a más de dos goles o ganar el juego.