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Clubes mexicanos alinean su presente y futuro al Mundial 2026
Pese a no estar dentro de las sedes mundialistas de México, directivos de clubes explican que la llegada de la Copa del Mundo es un detonador para su infraestructura actual y de largo plazo.
La Copa del Mundo de la FIFA 2026 marca la pauta del presente y futuro del futbol mexicano desde ya, incluso, para equipos que no forman parte de las sedes elegidas. Así lo describieron directivos de Toluca y Santos Laguna a 24 meses de distancia del evento.
“Tenemos la gran oportunidad de poner a los ojos del mundo todo lo que se hace en México. Compartimos un mercado gigantesco con Estados Unidos, hay 40 millones de mexicanos que hoy viven en ese país y eso nos hace partícipes no sólo de temas económicos, sino culturales y deportivos”, declaró Dante Elizalde, presidente ejecutivo de Santos.
“Es una oportunidad inmejorable, entendiendo que compartimos más de 3,000 kilómetros con la economía número 1 del mundo y también estará presente Canadá. Hoy, si bien el futbol es global, hay que entender también lo que te hace particular. Hay que entender las particularidades del futbol mexicano y qué es lo que le puede hacer fuerte en una esfera global”, abundó Francisco Suinaga, vicepresidente corporativo del Deportivo Toluca.
Suinaga y Elizalde fueron parte de una ponencia titulada ‘Presente y futuro del futbol mexicano: la visión de los clubes’ dentro del World Football Summit Americas 2024, un evento de dos días dentro de la Ciudad de México que reúne a más de 100 especialistas en innovación, inversiones, tecnología y sustentabilidad en la industria del futbol.
Las comunidades a las que representan, Toluca y Torreón, no están dentro de las sedes que México tiene asignadas para el Mundial 2026, las cuales son Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey. Sin embargo, observan potencial para que el evento impacte en sus esferas.
“El impacto se medirá en todo. Insisto, cada vez es más global el futbol pero al ser anfitrión de un Mundial, con todo lo que implica, seguramente nuestra infraestructura servirá para algo que no se dé abasto en Ciudad de México y podremos entender un poco la interacción desde medios, infraestructura, marketing y obviamente todo el tema deportivo. El Mundial es un detonador de aprendizaje”, explicó Suinaga a El Economista.
Toluca se ubica a menos de 70 kilómetros de la Ciudad de México y tiene experiencia en Copas del Mundo tras las ediciones de 1970 y 1986. Su estadio fue remodelado en 2017 por alrededor de 91 millones de dólares, pero no fue elegido como sede en 2026.
“Ya fuimos sede en 1970 y 1986. Hoy la capacidad del estadio por lo que pide FIFA no da, pero insisto, estar aquí y entender las interacciones de todas las selecciones nacionales, medios de comunicación y todo el negocio que va a ir alrededor de una Copa del Mundo nos va a ayudar mucho (…) Toluca está muy cerca de la Ciudad de México y son muchísimas las selecciones que vienen, así que vamos a tener un impacto positivo sin duda alguna”.
Torreón, por su parte, se encuentra a 338 kilómetros de distancia de Monterrey, siendo la sede mundialista que le queda más cerca. Su equipo de primera división, Santos, fue fundado en 1983 y no logró albergar partidos durante las Copas del Mundo de 1970, 1986 ni lo hará en 2026.
Pero para Dante Elizalde, la visibilidad de infraestructuras es un impacto rotundo que dejará el Mundial sin necesidad de recibir partidos. Santos Laguna también remodeló su estadio. Lo hizo entre 2008 y 2009 con una inversión de 100 millones de dólares para tener un complejo que alberga a sus fuerzas básicas con todo tipo de instalaciones, hasta una parroquia.
“El impacto del Mundial es el de toda la industria. Para mí es un orgullo que los estadios Azteca (CDMX), Akron (Guadalajara) y BBVA (Monterrey) sean sedes mundialistas, porque lo único que reflejan es el potencial que tiene el futbol mexicano en temas de infraestructura”, resaltó para este diario.
“El hecho de no estar como sede no nos impacta negativamente, por el contrario, nos llena de orgullo que existan proyectos tan significativos como los que mencioné y que van a ser vistos por toda la humanidad. Hay millones de personas que van a estar viéndonos y esta es la gran oportunidad de poner en la ventana del mundo nuestra cultura, costumbres y manera única de ver la vida”.
A diferencia de 1970 y 1986, México no irá solo como organizador de la Copa del Mundo de la FIFA en 2026, pues compartirá la sede con Estados Unidos y Canadá. En 1970 las sedes mexicanas fueron Puebla, Toluca, León, Guadalajara y CDMX, mientras que en 1986 se agregaron Querétaro, Monterrey, Irapuato y Nezahualcóyotl.
En dos años, el evento de la FIFA tendrá un leve paso en México al albergar 13 de 104, lo cual representa menos del 13% del total. El resto será entre los países vecinos de Norteamérica.
No obstante, algunas de las selecciones que jueguen esos 13 partidos en territorio mexicano tienen posibilidades de asentarse en campamentos desde días antes en ciudades aledañas a CDMX, Guadalajara y Monterrey.
“El Mundial 2026 es algo que nos ilusiona y que estamos seguros que va a redundar en muchísima derrama, no sólo para la industria del futbol, sino para todas las demás: servicios, entretenimiento, turismo, entonces, es una oportunidad muy grande de demostrarle al mundo de lo que estamos hechos en México”, reforzó el presidente ejecutivo de Santos.
La última vez que una Copa del Mundo se celebró en Latinoamérica (Brasil 2014), la derrama económica al final del evento fue de alrededor de 4,800 millones de dólares, según diversos análisis. Pero hay que aclarar que en aquella ocasión todos los partidos se celebraron dentro de un mismo país.
Se estima que México reciba 500 millones de dólares de derrama económica por su participación de menos del 15% de los partidos del Mundial 2026, una cantidad dentro de la cual estiman alinearse los equipos que no serán sede de esta competencia.
“Mostrar al mundo la infraestructura que tiene México es muy relevante. En México hay muchos estadios relativamente nuevos que son de capital privado, que sirven para mostrarle al mundo la gran capacidad organizativa y de inversión que tiene México y que va a redundar en turismo deportivo desde un año antes y muchos más después. Pones el nombre del país en el mapa mundial, muy asociado a tecnología, modernidad, inversiones y eso se vuelve un polo de desarrollo importantísimo”, concluyó Dante Elizalde.