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Estructuras comerciales, un salvavidas olvidado en el deporte mexicano

La dependencia a los recursos públicos para operar las instituciones deportivas en México exhibe la falta de mecanismos para generar dinero. No existen planes sólidos de áreas comerciales que construyan marcas y hagan un producto rentable a la iniciativa privada.

El presupuesto de egresos de la Federación para el ejercicio 2019 consideró 1,719 millones de pesos para la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade).

A esa cifra todavía se le recortaron 70 millones de pesos, y con el presupuesto más bajo en los últimos años, la Conade tendría que operar en rubros como activación física, prevención de enfermedades, programas académicos y competencias nacionales.

El alto rendimiento también se estimaba en la partida presupuestal, en un año en el que los atletas mexicanos enfrentan campeonatos mundiales y los Juegos Panamericanos de Lima 2019 que inician el 26 de julio.

Ante un panorama donde recortes al presupuesto de dinero público para el financiamiento del deporte de alto rendimiento afectan la preparación de los atletas, la Iniciativa Privada, patrocinadores y las federaciones deportivas nacionales deberán construir una mejor estructura comercial para hacerse de recursos económicos.

¿Están preparadas las federaciones para buscar otras fuentes de financiamiento?

“Salvo algunas excepciones, las federaciones han sido históricamente reacias a conducirse con una estructura corporativa y con políticas y controles de buen gobierno”, dice Alejandro Rojas, abogado corporativo del deporte.

De acuerdo con el estudio “Deporte asociativo y organizado en México”, realizado por la Secretaría de Educación Pública, más de 50% del financiamiento de las federaciones proviene del dinero público, es decir, los recursos que necesitan los deportistas provienen en su mayoría de lo que les asigne la Conade, así como los mecanismos para financiar el alto rendimiento, como el Fondo del Deporte para el Alto Rendimiento (Fodepar) o el Estímulo Fiscal al Deporte de Alto Rendimiento (Efideporte).

“Las federaciones deberían tener un área comercial en su organigrama que ejecute planes y acciones tendientes a la construcción de marca y a la generación de recursos no gubernamentales para su operación. Todo lo anterior exige disciplina, constancia y transparencia”, señala Alejandro Rojas, autor del libro El patrocinio deportivo.

El presupuesto para el alto rendimiento en México significa entre 20 y 25% del dinero público asignado a Conade del 2017 a la fecha. Los gastos de preparación, becas deportivas, entrenadores, concentraciones y viajes a competencias cubren el rubro de alto rendimiento, pero en un año que reúne Juegos Panamericanos y campeonatos mundiales el dinero nunca sobra.

Carlos Padilla, director del Comité Olímpico Mexicano, informó que negoció con Ana Gabriela Guevara, titular de la Conade, y con la Organización Deportiva Centroamericana y del Caribe para reunir los 50 millones de pesos para la logística de la delegación mexicana que participará en Lima, Perú.

De los 50 millones presupuestados, 30 millones los aportó la Conade y los 20 millones restantes con la confederación centroamericana.

Las marcas buscan generar beneficios

La Federación Mexicana de Natación informa en su sitio web que mantiene un acuerdo de patrocinio con Arena, la marca especializada en ropa y artículos deportivos acuáticos. El organismo es uno de los más importantes del país y en el pasado Mundial de Natación de Gwangju, en Corea del Sur, la delegación mexicana consiguió seis medallas mundiales; también se ha visto involucrada en polémicas, como la asignación de lugares para los atletas en competencias internacionales y la división del organismo.

“Los patrocinadores son hoy más cautos y no están dispuestos a arriesgar el prestigio de su marca y su dinero cuando la percepción general es que, desde hace años, hay desorden, ignorancia, pugnas y corrupción en las autoridades rectoras del deporte, así como la actual falta de interés de parte del Poder Ejecutivo por el deporte”, indica Alejandro Rojas.

Además del prestigio, las federaciones nacionales se enfrentan a la falta de difusión de su deporte, la falta de estructura y que los patrocinios llegan cuando los atletas están consolidados, como en el caso de Paola Espinosa.

Incluso mecanismos como los estímulos fiscales no han podido incrementar el financiamiento al deporte de alto rendimiento por la falta de difusión de los programas y áreas donde las empresas pueden aportar recursos y porque las donaciones son deducibles del impuesto sobre la renta, lo que impide que las empresas obtengan la propiedad de la infraestructura financiada, uno de los principales rubros que indica el efideporte.

El Efideporte en el 2018 aprobó nueve proyectos por una cantidad de 75.2 millones de pesos de 18 contribuyentes. En ese mismo periodo, eficine, el estímulo para la producción cinematográfica nacional, aprobó 22 proyectos por un monto total de 218.8 millones de pesos y una participación de más de 50 contribuyentes.

“La secretaría de Hacienda debe de publicar los proyectos de cumplieron con los requisitos y están autorizados durante los primeros 15 días de agosto”, indica Herbert Bettinger, abogado fiscalista, sobre la posibilidad de que algunos estímulos fiscales estén destinados a los proyectos de deportistas que participen en los Juegos Panamericanos de Lima.

La SEP identifica 10 problemas que enfrentan las federaciones deportivas:

Los recursos públicos representan más de 50% para el financiamiento del deporte.

1. La mayoría de las federaciones cuenta con pocos recursos económicos y patrimoniales propios.

2. Dependencia de las subvenciones (subsidios) públicas.

3. Cuentan con un personal escaso y sin dedicación a tiempo completo para ser federaciones nacionales con un país tan grande.

4. No cuentan con una estructura profesionalizada y departamental con división y concreción de funciones de los mismos.

5. No tienen un plan de comunicación y presencia social ni realizan campañas de promoción de su deporte, lo que hace que, en ocasiones, exista una imagen negativa de los dirigentes deportivos.

6. Tienen pocos patrocinadores.

7. Se organizan pocos eventos deportivos de carácter internacional en las federaciones, salvo los eventos multideportivos (Juegos Panamericanos, Centroamericanos y del Caribe), donde su participación es menor y se montan comités organizadores ex profeso.

8. Sus propias competiciones tienen poca fuerza y repercusión.

9. Los clubes y los deportistas tienen escasa o nula presencia en los órganos directivos. Aquellos, además, salvo en deportes profesionales o de “elites sociales” son muy pequeños y débiles.

10. Los resultados de sus deportistas a nivel internacional están por debajo de lo que se podría esperar por la potencia económica y poblacional de México.

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