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Joachim, por fin, ?el mundo es tuyo
Cuando Jüergen Klinsmann dejó la selección alemana luego de dos años a su mando, el entonces inexperto entrenador Joachim Löw fue el sucesor natural para tomar el mando de los germanos.
Cuando Jüergen Klinsmann dejó la selección alemana luego de dos años a su mando, el entonces inexperto entrenador Joachim Löw fue el sucesor natural para tomar el mando de los germanos. ¿Dónde estaremos en el 2010?, se preguntaba entonces Löw, quien asumía el cargo con la ilusión de mantener la filosofía y estilo que la selección había conseguido con Klinsmann al frente y con él a su lado.
Nadie, quizá ni siquiera el mismo Jogi, como bien es conocido en sus esferas cercanas, esperaba que fuera allí, en el mítico Estadio Maracaná, un día de julio, en donde él y su proyecto estarían festejando ocho años después que, por primera vez, una Alemania reunificada levantaba el título del orbe.
A sus 52 años, Joachim Löw no ha dejado de ser ese hombre que tiene uno de los trabajos más visibles y cuestionados en toda Alemania. Al parecer, Joachim más que un entrenador será hoy el héroe que tras más de 10 años de trabajo con el combinado nacional regresará a casa con la copa del mundo en las manos.
Su estrategia ha sido un secreto a voces. Jogi tiene como virtud el entendimiento del manejo de grupo. Acaso por su experiencia como jugador, en la que tuvo poco éxito, con una carrera principalmente desarrollada en segundas divisiones.
Un ex delantero que desafió aquella ley que dice que la mayoría de los técnicos tienden a ser ex defensas centrales o mediocampistas. Como entrenador, Joachim trabajó en Alemania, Austria y Turquía, con el Stuttgart y el Fenerbahce, entre los clubes más conocidos que entrenó. En ninguno de ellos estuvo más de un año al mando.
Luego, su viejo amigo Jürgen Klinsmann, actual entrenador de Estados Unidos, lo llamó para unirse como su asistente en la selección de Alemania en el 2004. Löw floreció bajo Klinsmann, desarrollando una reputación como el hombre que daba las ideas y al que le fue entregado el trabajo después de la copa del mundo de 2006.
Aunque juró su fidelidad a la filosofía Klinsmann, Löw fue decididamente diferente, lo que puede ser la razón de su ascenso.
Joachim impone en su régimen algunas particularidades heredadas que lo diferencian del resto de los entrenadores. Entre ellas, está aquella de viajar con un grupo de psicólogos y terapeutas, además de Patrich Broome, un profesor de yoga que trabaja con los alemanes desde hace nueve años, cuando Klinsmann llegó a la selección.
Algunos critican a Löw por mimar a sus atletas. Algunos vieron como un capricho que los alemanes tuvieran su propio complejo construido para ellos en Brasil, adaptado específicamente a sus necesidades, incluyendo gimnasios de última tecnología y excelentes campos de entrenamiento.
Los detractores ridiculizan el interés de Löw en la contratación de psicólogos y nutriólogos, con el argumento de que los millonarios jóvenes son lo suficientemente mimados y necesitan un fuerte liderazgo.
Aunque Löw no lo ve precisamente así. Él asegura que la clave principal para mejorar el rendimiento de un jugador es la motivación, motivar especialmente su trato como humano. Así, siempre platica con sus pupilos, a veces por mensajes de texto, casi siempre frente a frente.
Por ello sus jugadores suelen no sólo respetarlo, sino confiar en él. Roland Eitel, ex asesor de Klinsmann y uno de los amigos más antiguos de Löw, explica que los jugadores lo respetan porque él los trata como adultos, no gobierna sobre ellos, fomenta el debate y realmente escucha a sus jugadores, tiene sus puntos de vista en cuenta para sus decisiones .
Hoy, Joachim ya no es sólo el hombre de cabello negro azabache, el que gusta de vestir con colores monocromáticos, aquel que pasa de cascarrabias y paranoico a agradable y populista.
Tampoco su Alemania es aquella que en la Eurocopa 2008 cayó en la final ante España, ni la que en el Mundial de 2010 y la Eurocopa 2012 cayó en semifinales, el que hace ocho años imaginaba el futuro... Jogi, por fin, el mundo es tuyo.