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Jonathan Dos Santos y Rafael Carioca, los ejes virtuosos de la final Apertura 2023
América y Tigres disputarán la final de Liga MX bajo el sello de un juego elegante y ordenado que parte de sus mediocampistas centrales: Jonathan Dos Santos y Rafael Carioca, examinados por El Economista desde la óptica de especialistas.

Jonathan Dos Santos y Rafael Carioca. Foto EE: Especial
Las portadas de los equipos campeones normalmente presumen al goleador, al portero que salvó un penal o al jugador desequilibrante que marcó la diferencia. Pero para que todos ellos puedan lucirse ante los aficionados, hay otras piezas que tienen que hacer el trabajo de calidad bajo las sombras: los medios de contención.
También llamados mediocampistas centrales con enfoque defensivo, de recuperación, contenciones o “el número 5”, son esos jugadores que se sitúan delante de los defensas pero detrás de los volantes creativos, por lo que son los primeros responsables de armar el estilo, ritmo y poder de un equipo.
En el caso de América y Tigres, finalistas de Liga MX para el presente torneo Apertura 2023, quienes llevan esa responsabilidad son Jonathan Dos Santos y Rafael Carioca, respectivamente. Aunque hay otros mediocampistas de calidad en dichos equipos, ellos son los que fungen como ejes al ocupar el centro defensivo.
“Es una posición importantísima en el esquema, porque el cómo juega el mediocampista central dice mucho de cómo juega el equipo. Termina siendo el eje en cuanto a la posesión de la pelota, para manejar los tiempos de los ataques y, de acuerdo a cómo se comporta este mediocampista, dice mucho de cómo se defiende el equipo”, explica a El Economista, Jorge Damián ‘El Ruso’ Zamogilny, quien de 2001 a 2014 jugó como profesional en esa posición en clubes como Independiene de Argentina, Puebla y Atlas.
“Ambos equipos tienen algo que es importantísimo: dos medios de contención que tienen un muy buen pie, una habilidad y una calidad de pase extraordinaria. Son jugadores que tienen habilidades también de reiniciar jugadas”, define Luis Fernández, CEO de UnderData, consultora especializada en data scouting.
En el caso de América y Tigres, claramente los reflectores son para jugadores como Julián Quiñones, Diego Valdés, André-Pierre Gignac o Sebastián Córdova, quienes se ubian en el último tercio del ataque. Pero para que ellos tengan esa posibilidad, el balón debió ser recuperado o construido desde el fondo. Ahí viene la colaboración del mexicano Jonathan Dos Santos y el brasileño Rafael Carioca.
“Es una posición que está, hasta cierto punto, subestimada, porque no tiene reflectores. Por lo general no se hacen goles y están lejos de dar una asistencia, pero es una labor importantísima en el traslado de la pelota, en dirigir los ataques y todo depende de la lectura y capacidad de los mediocampistas centrales”, agrega el ‘Ruso’, actual analista en TUDN.
Guardando las proporciones con el futbol mexicano, el mediocampista central ha sido el motor de otros equipos triunfadores importantes en la historia, como Pep Guardiola o Sergio Busquets en el Barcelona, así como Fernando Redondo en el Real Madrid o Frank Rjikaard en el Ajax y en el AC Milan.
“Para mí es tan importante como un portero o delantero, porque en el medio campo tienes la cancha de frente, incluso estás relativamente cerca del árbitro para poder hablar, presionar o influir en ese aspecto, que también es una parte del juego que no se ve”, subraya el ex mediocampista profesional.
Dos Santos y su confirmación en el futbol mexicano
Jonathan Dos Santos fue uno de los prospectos más importantes para México a inicios de este siglo, pues junto a su hermano, Giovani, cumplieron procesos de formación en el FC Barcelona. De hecho, de 2009 a 2014, Jonathan fue parte del primer equipo culé, trabajando junto a personajes como Guardiola, Xavi y Andrés Iniesta.
Después pasó por el Villarreal y eso le permitió tener mayor fogueo en el futbol europeo, aunque en esos años llegó a jugar como volante por derecha o incluso como defensa lateral. Luego llegó al Galaxy de Estados Unidos y finalmente en 2022 regresó a la Ciudad de México, donde nació, para enrolarse con el América.
El torneo Clausura 2022 fue su primera experiencia como profesional en la Liga MX, pero en ese y los tres campeonatos subsecuentes no fue considerado titular ni por Santiago Solari ni por Fernando ‘Tano’ Ortiz. Fue hasta que el brasileño André Jardine tomó la dirección técnica del América cuando eso cambió.
“Fue la decisión de Jardine que le cambió la cara al equipo en fase defensiva (…) Jardine apostó por una doble contención con (Álvaro) Fidalgo y Jonathan, pero Dos Santos es el de mayor referencia a lo defensivo, el que trabaja por delante de los centrales. Los primeros pases de salida los hace de forma precisa y cuando no tiene la pelota cubre buen terreno para recuperar, hace una doble labor fundamental”.
Luis Fernández concuerda: “El gran mérito de Jardine es que supo comprender qué podía aportarle Jonathan al América: experiencia, excelente trato de balón, colocación, recuperación, intercepciones, entradas y recuperaciones. Jonathan es muy importante en progresiones a profundidad, está en el top de la liga en ese aspecto.
“Jardine lo ha aprovechado como no lo hicieron Solari ni Ortiz, pues le fue dando minutos y Jonathan fue creciendo. Hoy tenemos a un jugador que incluso podría estar considerado en esa posición para un regreso a Selección Mexicana para Copa América (2024) o al menos en una prelista”, tomando en cuenta que Dos Santos no ha sido llamado al Tri desde 2021.
Dos Santos fue el cuarto jugador con más minutos para el América en el Apertura 2023 (fase regular) con 1,149 minutos. En sus tres torneos anteriores en Liga MX, nunca había rebasado ni siquiera los 500 minutos y ahora, con André Jardine, llegó a más de 1,000.
Carioca extiende su calidad con Tigres
A diferencia de Jonathan Dos Santos, Rafael Carioca está jugando su torneo número 12 con la camiseta de Tigres. A excepción del torneo Apertura 2017, en el que llegó, y el Apertura 2022, cuando tuvo algunas lesiones, siempre se ha mantenido con más de 1,000 minutos como pieza titular.
En seis años en la institución regia, le han puesto competencia en la media central como el propio capitán, Guido Pizarro, además de fichajes como Juan Pablo Vigón, Jesús Dueñas, Jordan Sierra, Manuel Viniegra y Fernando Gorriarán. Se ha impuesto a todos ellos y nunca ha perdido la titularidad.
“Es muy bueno para recuperar inmediatamente. Cuando Tigres está atacando y se pierde la pelota, él es el que sale a cortar, sobre todo muchos contraataques, es una gran característica de Carioca y la tiene debido a la lectura de juego. Después, lo que da en la distribución, en ese primer pase, en el manejo de los tiempos, cuando acelera y hace una pausa, ahí marca una diferencia, esas son sus mejores cualidades”, subraya ‘Ruso’ Zamogilny.
“Carioca es muy bueno en el mano a mano, regateando y acarreando el balón (…) Coincide con Jonathan la edad, pero esto les ha venido muy bien, porque ya no son jugadores que drásticamente bajen su eficacia de pase cuando están bajo presión. Eso dice que su madurez les ayuda mucho a afrontar partidos”, opina Luis Fernández.
El brasileño, surgido del Gremio de Porto Alegre y con paso en el Spartak de Moscú, ya ganó tres títulos de Liga MX con Tigres, dos con Ricardo Ferretti y uno con Robert Dante Siboldi, el del Clausura 2023, que incluso incentivó a su renovación de contrato por un año más, hasta junio de 2024.
Junto a Nahuel Guzmán, Guido Pizarro y André-Pierre Gignac forma parte de esa generación que aspira a seguir levantando trofeos para Tigres, ahora frente al América, en la final del Apertura 2023 que se disputará entre el 14 y 17 de diciembre.
“Los dos equipos siempre intentan jugar con la pelota pegada al piso, construir desde la salida, no son juegan directo ni saltan líneas. Esa distribución y progresiones con pases frontales las hacen muy bien, en el caso de Dos Santos, hacia Diego Valdés, y en el caso de Carioca, hacia Sebastián Córdova o Fernando Gorriarán. A raíz de estos futbolistas es por lo que vemos a América y Tigres jugar un futbol agradable, vistoso y que admiramos”, concluye Zamogilny.
Es una lectura similar a la de Luis Fernández, especialista en data: “La clave de estos jugadores es que son los que se quedan normalmente más retrasados, son los que dan equilibrio tanto para las transiciones ofensivas como a las defensivas. Administran el ritmo de juego, el tono que requiere el equipo en momentos específicos, son cosas que parecen imperceptibles, pero ellos lo hacen muy bien y, de repente, cuando el juego lo requiere, sacan un pase a profundidad.
“Son un termómetro para sus equipos. Para ellos es muy fácil dictar a qué ritmo quieren que se juegue en determinado lapso y, más allá de eso, los dos están en un excelente momento”.
