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Macías regresa a la rutina de casa a triunfar

Arturo Macías cortó ayer la primera oreja de la Temporada Grande en el primero de la tarde, tras dos años de ausencia, el público no olvida el cariño que le tiene.

Los estatuarios, seguidos de un toreo en redondo con suavidad, temple y lentitud que terminó con una estocada entera para recibir la primera oreja de la tarde y también de la Temporada Grande, hizo recordar cuando Arturo Macías salía en hombros de La Plaza México.

El hidrocálido regresó tras dos años de ausencia en la que dice ser su plaza , la de sus triunfos, la de sus 16 orejas y un rabo hasta sumar siete salidas a hombros y que no llegaron a ocho por las malas condiciones de su segundo enemigo la tarde de ayer.

Principe, astado de Barralva, fue el primero que enfrentó Macías con un toreo en redondo con suavidad, temple y lentitud, que alternó con el desdén, la vitolina o una arruzina para rematar su labor con una tanda de manoletinas y una estocada que le valió el apéndice.

Pero no ocurrió lo mismo con Viejino, el segundo de su lote. El complicado toro se revolvía con rapidez, regateaba las embestidas y se paraba a la mitad del pase buscando los muslos del torero, por lo que el diestro optó por abreviar luego de algunos detalles y escuchó palmas al término de su labor.

A Macías sí que se le extrañó. Luego del paseillo, el público lo invitó a saludar desde el tercio para rendirle una ovación, mucho más sonora que a la de sus alternantes El Payo y Alejandro Talavante.

Dos años de ausencia que Arturo supo retribuir ayer con su calidad con la muleta.

El Payo se reconcilia ?con la afición

Otra agradable sorpresa fue el cambio de actitud del queretano Octavio García, quien con rostro adusto realizó dos faenas llenas de verdad, temple y armonía con sus respectivos toros para saludar en el tercio y cortar la oreja del cierra de la plaza.

Fue un toreo de cabeza fría, El Payo llevó a Cachetón, astado premiado con arrastre lento a sus restos, de manera magistral por el lado derecho, con tandas cortas y constantes luego de prodigarse en los estatuarios al iniciar su trasteo, mismo que remató con dosantinas y manoletinas para perfilarse a matar. Sin embargo, mató de dos pinchazos y entera para saludar en el tercio.

Lo mejor llegó con el último de la tarde en el que superó lo realizado con el primero, la mano baja, el tiempo exacto y el eco en los tendidos de parte de la gente que sin cortapisas se le entregó ante su toreo franco, honesto y que provocó el llanto emotivo en el diestro.

Fue tal la entrega, que a pesar de matar con un pinchazo hondo y dos golpes con la espada de descabello, el juez debutante Jesús Morales, le concedió la oreja ante la insistente petición del nutrido público en los tendidos.

Talavante perdió ?el triunfo con la espada

El diestro Extremeño, Alejandro Talavante, realizó dos faenas que llegaron mucho a la gente, desgraciadamente la espada lo traicionó y se tuvo que conformar con sendas ovaciones luego de despachar a sus enemigos.

carevalo@eleconomista.com.mx

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