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París 2024 deja áreas de oportunidad en sustentabilidad

Los Ángeles toma la estafeta como nueva sede olímpica con varios parámetros por mejorar tras las quejas sobre el río Sena y la villa de atletas, además del reto constante de seguridad y equidad.

París 2024 fue una edición que tuvo como sello la búsqueda de un evento amigable con la naturaleza. Foto: Reuters

París 2024 fue una edición que tuvo como sello la búsqueda de un evento amigable con la naturaleza. Foto: Reuters

Como en los relevos de atletismo o en el camino de la antorcha al pebetero, París pasa la estafeta a Los Ángeles como la próxima sede de los Juegos Olímpicos. El evento será hasta 2028, pero desde ahora se observan diversas áreas de oportunidad para el siguiente comité organizador.

París 2024 fue una edición que desde mucho tiempo antes tuvo como sello la búsqueda de un evento amigable con la naturaleza. Francia anunció que el 90% de su estructura olímpica ya estaba construida, a diferencia de países que se endeudaron para levantar instalaciones que, muchas de ellas, se convirtieron en elefantes blancos.

En ese afán por resaltar su naturaleza también entró un proyecto de restauración del río Sena por 1,500 millones de dólares del gobierno francés. Además, fueron retirados los aires acondicionados en las habitaciones de los atletas.

“La parte de sustentabilidad era positiva en la teoría, pero en la práctica afectó en ciertas cosas a los atletas, como el que no hubiera aire acondicionado en la villa o que el mismo transporte estaba muy bajo. Hubo problemas con los atletas en su desempeño y comodidad”, analiza para El Economista, Juan Manuel Rotter, especialista en deporte público y privado.

El comité organizador de París 2024, presidido por Tony Estanguet, así como el Comité Olímpico Internacional (COI), presidido por Thomas Bach, puso como premisa que el evento reduciría las emisiones de carbono a la mitad de sus antecedentes, bajando de 3.5 millones de toneladas a 1.75.

Es por ello que se modificó el sistema de enfriamiento de la Villa Olímpica con tuberías subterráneas en lugar de aires acondicionados, aunque se les permitió a algunos países que agregaran otros aparatos de refrigeración para sus atletas.

“Faltó atender a los atletas en cuanto a sus necesidades completas y no decisiones que, a lo mejor sí son sustentables, pero estaban en detrimento de la parte fundamental del evento, que son los atletas y su desempeño”, insiste el especialista.

Lo positivo en la propuesta de sustentabilidad de París 2024 es que los costos no se dispararon como en Atenas 2004 o Río 2016, con infraestructuras que pasaron al olvido. Según Georgina Grenon, directora de sostenibilidad de los Juegos Olímpicos de este año, el 90% de los 6 millones de artículos que se utilizaron ya estaban comprometidos para reutilizarse.

Eso incluye desde las pelotas en los eventos de tenis hasta la arena de los eventos del volibol de playa, cuyos destinos estarán, mayoritariamente, en escuelas o centros de desarrollo deportivo infantil. Otros materiales, como los de oficina, serán vendidos por empresas serias de segunda mano.

Una de las instalaciones acordes con esta filosofía fue el río Sena, habilitado para las competencias de triatlón y natación en aguas abiertas. Sin embargo, fue un foco rojo en las dos semanas del evento por sus constantes suspensiones de práctica y porque algunos atletas manifestaron enfermedades luego de sumergirse en sus corrientes.

“Me gustó mucho el tema de las instalaciones temporales, buscar puntos icónicos y además muy bien representados y montados tanto en la parte deportiva como del espectáculo. Ya no se tienen esos elefantes blancos con instalaciones que luego ya no funcionan y que se han quedado en otros Juegos Olímpicos”.

No obstante, el analista se dice sorprendido por el manejo de las competencias en el río Sena y las quejas de algunos atletas, como Claire Michel de Bélgica y Daniel Wiffen de Irlanda, quienes terminaron en el hospital después de nadar allí.

“Lo raro es que no llevaran los eventos a un plan B. Los atletas estaban muy pegados a las orillas por la conveniencia de dónde nadar, ni siquiera era tan seguro para ellos. Nadie quiere competir en condiciones que no son favorables, normalmente estas competencias son en lagunas, lagos o mares. El proyecto de descontaminar el río era muy valioso para todos pero no se logró al 100%, eso fue un aspecto negativo para la ciudad, aunque en el fondo es parte de una estrategia que va a redituar”.

En contraparte, el río Sena fue sede de la inauguración y rompió con el estereotipo de que esa celebración sólo puede hacer dentro de un estadio. Será otro de los retos para Los Ángeles 2028: pensar en otra ceremonia innovadora.

“El reto es tener instalaciones temporales y poder tenerlas al mismo nivel de espectacularidad que dio París (…) En Los Ángeles 2028, uno de los retos será también en la inauguración con ese paradigma que se rompió de celebrarla fuera de un estadio, a ver si ahora, en la meca del cine, hacen alguna locura similar”.

Revisión en género y seguridad

Otra de las banderas de los Juegos Olímpicos 2024 fue la de la paridad de atletas entre hombres y mujeres en 50-50, algo que no había ocurrido en ediciones anteriores.

Sin embargo, hubo situaciones que alteraron la agenda de género, sobre todo la actuación de la boxeadora Imane Khelif, de Argelia, que finalizó con una demanda por ciberacoso, además de la descalificación de la atleta de breakdance Manizha Talash, de Afganistán, por presentar una prenda con un mensaje en una de sus actuaciones.

En el caso de Khelif, diversos internautas e incluso medios de comunicación cuestionaron su género para competir en boxeo femenil. Estas dudas se transformaron en mensajes de odio que consternaron a la propia atleta y al Comité Olímpico de Argelia.

Khelif se adjudicó la medalla de oro en peso wélter y, junto a su abogado, presentó en la Fiscalía de París una denuncia por ciberacoso por la cantidad de mensajes ofensivos y erróneos contra su persona a lo largo del evento.

Respecto a Talash, se presentó como integrante del equipo de refugiados a la ronda preliminar y fue descalificada en su enfrentamiento de breakdance ante la neerlandesa India Sardjoe por portar una capa con la leyenda “Libertad para las mujeres de Afganistán”. El COI se basó en la regla 50 de la Carta Olímpica, que prohíbe protestas o mensajes políticos en los Juegos Olímpicos, para sacarla de competencia.

Estos temas fueron manchas en la opinión pública alrededor de París 2024, incluso más que la seguridad, que se temía fuera quebrantada por el contexto sociopolítico actual en los conflictos bélicos entre Rusia y Ucrania, así como entre Israel y Palestina.

“Se cuidó muy bien este tema. No es fácil, siempre unos Juegos Olímpicos son foco de atención y desafortunadamente con los problemas que hay en el tema política en varios países pudieron haber efectos negativos en el deporte.

“Se invierte mucho dinero que luego deja muy mal parados a los países organizadores, le pasó a Grecia con Atenas 2004 después de las Torres Gemelas (atentado terrorista en 2001), tuvieron que encarecer muchísimo su proceso de seguridad y las guerras de Rusia e Israel despertaron el tema de seguridad en París, pero se leyó muy poco al respecto y eso deja muy bien parado a Francia y a los Juegos en general. El reto es mantener eso en los Juegos Paralímpicos”, concluye el especialista.

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