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Cada vez menos banqueras centrales aparecen en el panorama financiero mundial
A pesar de la presencia de tres mujeres en cargos de alto rango, sólo uno de los 28 seminarios previos a las reuniones del Fondo Monetario Internacional estará dedicado a las mujeres.
Washington, D.C. Mañana martes inician las Reuniones Anuales del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, y será el segundo año consecutivo que habrá tres mujeres en los cargos más altos de los organismos internacionales. En el FMI, la Directora Gerente, Kristalina Georgieva; ahí mismo, su consejera económica, Gita Gopinath. Mientras en el Banco Mundial (BM), estará activamente participando la economista en Jefe, Pinelopi Koujianou Goldberg.
A pesar de esta presencia en cargos de alto rango, sólo uno de los 28 seminarios previos a las reuniones estará dedicado a las mujeres. Se titula: "Mujeres, trabajo y liderazgo. Conversación una a una, con Kristalina Georgieva" y se realizará después del medio día, el martes 15 de octubre.
Según la introducción, esta conversación se centrará en el papel determinante que tiene la equidad de género en la macroeconomía, además de la necesidad de incrementar la participación femenina en los puestos más altos de los organismos tomadores decisiones, de las empresas privadas y de los cargos públicos y cómo reducir las barreras que han limitado la escalada de la mujer en el mundo laboral.
Un tema más que relevante a nivel mundial y para el sector financiero en particular. Basta mirar la foto del recuerdo de los gobernadores y presidentes de bancos centrales asistentes, para darse cuenta de que entre los 189 países miembros, ya sólo queda una banquera central: la gobernadora del Banco de la Federación Rusa, Elvira Nabiullina.
Claro está que Christine Lagarde reaparecerá en estos encuentros, pero hasta el año entrante, en la cita de abril, cuando llegará por primera vez como presidenta del Banco Central Europeo, cargo que asumirá oficialmente el 1 de noviembre próximo.
De manera que la gobernadora Nibullina se sentirá muy sola entre tantos hombres, como solía decir la señora Lagarde.
Todavía en 2013, había seis mujeres al frente de la política monetaria: Janet Yellen en la Reserva Federal de Estados Unidos; Nadeshda A. Ermakova en el Banco Central de Bielorrusia; Linah Kelebogile Mohohlo del Banco de Botswana; Karnit Flug, del Banco de Israel; G. Margus, del Banco de la Reserva de Sudafrica, y la misma Niebulina, de Rusia. Salvo la banquera central del gigante ruso, las demás han sido relevadas por hombres de amplia experiencia.
Mujeres y su efecto multiplicador
Un estudio del FMI muestra que si el empleo de las mujeres se equiparara al de los hombres, las economías serían mas resilientes y el crecimiento sería mayor, pues al cerrar la brecha de desigualdad de género en el empleo, se podría incrementar en 35% el PIB en promedio. Esto, porque aumentaría la productividad.
Según el organismo, cuando una mujer está en la alta gerencia o en el consejo directivo de una empresa, sin cambiar el tamaño de dicho órgano, eleva entre 8 y 13 puntos básicos el rendimiento de los activos.
“Si los bancos y supervisores financieros aumentaran la proporción de mujeres en altos cargos, el sector bancario también sería más estable”, advierte el análisis.
Según el análisis del FMI, cuando hay una mujer al frente de una empresa, de un gobierno, de un órgano autónomo, suelen diseñar políticas de apoyo a mujeres, de entrenamiento, de servicios de salud, cuidado, transporte seguro, protección legal contra el acoso, servicios financieros y modalidades de trabajo flexible.
Y aún así… quedan cada vez menos mujeres al frente de la política monetaria mundial.
ymorales@eleconomista.com.mx
kg