Contadores estiman pérdidas por 4,000 millones de pesos

El mayor ahorro que obtendrán los contribuyentes será con la eliminación del dictamen fiscal, pero representará un impacto económico para los asesores fiscales que dejarán de percibir un importante ingreso calculado en 4,000 millones de pesos por este servicio, que es muy caro sobre todo para las empresas medianas, explicaron fiscalistas.

Sin embargo, todo dependerá de las reglas de carácter general que dé a conocer la Secretaría de Hacienda, ya que no se sabe todavía el alcance de la medida que se anunció a finales de junio.

El mayor impacto lo resentirán los despachos contables y no tanto las grandes firmas de servicios profesionales globales, porque no es su único negocio, opinó Augusto Lagner, asesor fiscal.

Los despachos grandes dictaminan muy poco, su fuerte es la consultoría. El boquete se verá en los despachos medianos y pequeños que por muy barato que cobren dejarán de percibir 50,000 pesos por cada dictamen , estimó.

Pedro Carrión, presidente de la Academia de Estudios Fiscales, consideró que el impacto dependerá del tipo de empresa y de las operaciones que realice para decidir ya no dictaminarse.

Comenta que las empresas lo revalorizarán una vez que la autoridad fiscal emita las reglas para ver qué información adicional tendrán que presentar en lugar del dictamen.

Pero destaca que lo más importante en cuanto a honorarios para un despacho es la auditoría, que sirve después para emitir el dictamen fiscal.

El detalle

El Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP) dice que falta que se conozcan las reglas para emitir una opinión.

Mientras no se sepa con certeza lo que se pedirá a cambio de dejar de ser obligatorio, no se puede saber el efecto que tendrá.

Augusto Langner coincide en que el diablo estará en los detalles que aún no se conocen, pero afirmó que definitivamente dejarán de ganar unos 4,000 millones de pesos en general, si se considera que al año se emiten 90,000 dictámenes.

Independientemente de las reglas que faltan, se prevé que muchas empresas seguirán dictaminándose de manera voluntaria, porque es un requisito que se pide para las empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores.

También sirve para participar en licitaciones públicas y para poder solicitar un crédito.

El fiscalista estima que es probable que para seguir sosteniendo este ingreso, las firmas y despachos bajen sus precios y destaquen los beneficios del dictamen, porque da tranquilidad que un tercero revise los estados financieros.

lflores@eleconomista.com.mx