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Economía

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El BCE dejó sin cambios su política monetaria

Christine Lagarde advirtió que aún no hay la suficiente confianza en alcanzar el objetivo de inflación de 2%.

La presidenta del BCE dio otro paso prudente hacia un primer recorte de réditos (...) Lagarde insinuó por primera vez que el BCE cree posible un primer recorte de tasas en junio”.

Jörg Krämer, economista jefe del Banco Alemán Commerzbank.

El Banco Central Europeo (BCE) decidió mantener las tasas de interés en un nivel récord, pese a la desaceleración de los precios, ya que la presidenta del emisor, Christine Lagarde, afirmó que todavía no hay “suficiente confianza” en alcanzar sus objetivos de inflación.

La tasa de interés de referencia se mantiene desde octubre en 4%, su nivel más alto desde el lanzamiento de la moneda única en 1999.

La voluntad de la institución de bajar el costo de los préstamos en este año parece tener consenso, pero la pregunta es saber cuándo y a qué ritmo se implementará.

Los indicadores sobre los precios van en buena dirección: el BCE revisó a la baja su previsión de inflación para el 2024 en la zona euro hasta 2.3%, frente a 2.7% en su anterior proyección, debido al menor impacto de los precios de la energía, mientras que para el 2025 espera que alcance su objetivo de 2 por ciento.

“Avanzamos bien hacia nuestro objetivo de inflación pero no tenemos suficiente confianza sobre alcanzarlo a término (...) Sabremos mucho más en junio”, declaró Lagarde.

Lagarde afirmó que el consejo de gobernadores no analizó un recorte de réditos sino que “solamente” empezó a hablar de “reducir su política restrictiva”.

La inflación, que alcanzó un récord de 10.6% anual entre octubre del 2022 y finales del 2023, está moderándose. El alza de precios se ralentizó a 2.6% en febrero, cifra menos marcada que lo pronosticado.

Reducir riesgos

La inflación subyacente, que excluye los precios volátiles de la energía y los alimentos, se ralentizó en febrero a 3.1%, frente a 3.3% de enero.

El BCE no quiere cambiar de estrategia y arriesgarse a que no de frutos su política de contracción monetaria implementada desde julio del 2022 para controlar la escalada de los precios debido a la guerra en Ucrania.

Al subir las tasas de los préstamos a un ritmo inédito, la demanda de los créditos cayó y tuvo impacto en el consumo y la inversión de las empresas, así como en los hogares.

Como consecuencia, la economía en la zona euro está estancada desde hace casi año y medio. Los economistas consideran que la institución peca de prudente y pone en peligro la activación.

En sus nuevas proyecciones macroeconómicas, el BCE revisó a la baja su previsión del crecimiento del PIB para la eurozona en el 2024 hasta 0.6%, respecto a 0.8% de diciembre.

No obstante “la economía de la zona euro, en su conjunto, ha evitado la recesión”, dijo Mark Wall, economista de Deutsche Bank.

El BCE mantiene sus previsiones de crecimiento para el 2025 a 1.5% y las incrementó para el 2026 a 1.6 por ciento.

Las preocupaciones giran principalmente en torno a la inflación en los servicios y en “las presiones sobre los precios internos” que “siguen fuertes, en parte debido al fuerte crecimiento de los salarios”, señaló el BCE.

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