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Elevada inflación duraría más de lo previsto: Fed
Algunos funcionarios están presionando por un endurecimiento más rápido de la política monetaria basándose en la inflación a futuro.
Un periodo de elevada inflación en Estados Unidos (EU) podría durar más de lo anticipado, pero debería atenuarse a medida que la economía vuelve a la normalidad, dijeron dos funcionarios de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos.
La gobernadora de la junta de la Fed, Michelle Bowman, y el presidente de la Reserva Federal de Atlanta, Raphael Bostic, emitieron los más recientes comentarios orientados a restablecer las expectativas públicas en torno al aumento de precios que las autoridades del banco central han descrito en gran medida como transitorio.
“El escenario se mantiene”, señaló Bostic en una entrevista con National Public Radio, sin embargo: “el aspecto temporal va a ser un poco más largo de lo que esperábamos inicialmente (...) En lugar de dos o tres meses, puede ser de seis a nueve meses”.
Los precios de bienes como la madera y los autos usados han llevado algunas mediciones de inflación a máximos de varios años, y el índice de precios al consumidor mostró un aumento anualizado de 5% en mayo, el más acelerado desde el 2008.
Aunque algunos precios ya han comenzado a bajar, la situación ha sido tomada en cuenta por las autoridades y ha obligado a la Fed a plantearse cómo garantizar que la inflación no se dispare ni acelere demasiado rápido.
En una conferencia bancaria de la Reserva Federal de Cleveland, Bowman dijo que concuerda en que los precios están siendo impulsados por cadenas de suministro obstruidas y una demanda creciente, pero a medida que la economía se reabre, estos factores deberían disminuir.
Sin embargo, no ofreció plazos exactos sobre cuándo podría atenuarse la inflación y dijo que ello “podría llevar algún tiempo”, por lo que los índices deberían ser vigilados de cerca mientras la Fed va definiendo la política monetaria.
Por su parte, el presidente del banco central estadounidense, Jerome Powell, y otras autoridades han apostado a su evaluación actual de que el aumento de los precios observado cuando la economía se reabrió se moderará por sí solo, lo que permitiría al banco central alcanzar su objetivo de inflación promedio de 2% en el largo plazo.
Powell dijo a un comité del Congreso de Estados Unidos el martes, que las lecturas recientes de alta inflación resultaron en una “tormenta perfecta” de circunstancias relacionadas con la reapertura económica, y que estos factores se disiparán.
Sin embargo, los tiempos pueden influir en las próximas decisiones de la Reserva Federal sobre cuándo comenzar a reducir sus 120,000 millones de dólares en compras mensuales de bonos y, finalmente, en el momento de elevar las tasas de interés.
La Fed se ha enfrentado antes con problemas de inflación “transitorios” que duraron más de lo esperado.
En el 2016 y el 2017, la debilidad de los precios de una serie de productos —petróleo, teléfonos móviles y productos farmacéuticos— mantuvo al indicador general de inflación más bajo de lo previsto.
Ese desfase también se explicó como un “shock temporal” impulsado por industrias específicas.
El riesgo es que, con el tiempo, estos factores temporales se consideren más permanentes y comiencen a cambiar la psicología pública sobre los precios, de manera que puedan dejar la inflación real arraigada en un nivel demasiado bajo o alto.
Algunos funcionarios de la Fed ya están presionando por un endurecimiento más rápido de la política monetaria basándose en la inflación que estiman a futuro.
Otros han comenzado a citar la preocupación por burbujas de activos y la estabilidad financiera como una posible razón para actuar con celeridad en el ajuste de la política monetaria.