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Gerardo Esquivel no coincide con tono del comunicado del Banxico
Alza del salario mínimo y su efecto en la inflación generan diferencias entre los integrantes de la Junta de Gobierno: minutas.
La Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) decidió el pasado 28 de marzo mantener por unanimidad y por segunda ocasión la tasa de interés interbancaria a un día en 8.25%, pero el subgobernador del organismo autónomo, Gerardo Esquivel, difirió del mensaje con el que se argumentó dicha decisión.
“No coincido con el comunicado que informa sobre dicha decisión. En concreto, difiero tanto del tono restrictivo que lo caracteriza como de la conclusión alcanzada sobre el balance de riesgos para la inflación”, expone en la minuta de política monetaria que difunde el banco central.
A su parecer, la evolución reciente de los diversos indicadores de inflación en México, así como los cambios de política recientemente anunciados por la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco Central Europeo “abrían el espacio para emitir un comunicado con un tono más neutral.
“Las preocupaciones sobre el potencial impacto en la inflación del aumento al salario mínimo o de un posible efecto traspaso del tipo de cambio son menores a las que se reflejan en el comunicado”, ahondó el subgobernador.
Es la primera ocasión que el Banco central difunde que registró un voto en contra del comunicado y que publica el nombre del votante; así como su argumento. Ello, como parte de la estrategia que implementó en mayo del 2018 para mejorar la comunicación y transparencia de las decisiones de política monetaria.
Otra información que brindará el organismo autónomo, pero hasta el 2022, son las transcripciones de lo que dijo cada uno de los integrantes de la Junta de Gobierno, justo a partir de la reunión del pasado 28 de marzo, pues deberán pasar tres años para hacerlas públicas.
Chocan por impacto del salario mínimo en inflación
En el tema de riesgos al alza en la inflación fue donde más tensión se percibió, pues la mayoría de los integrantes expone que, dada la magnitud de los aumentos en el salario mínimo, además de su posible impacto directo en la inflación, se enfrenta el riesgo de que propicien revisiones salariales que rebasen las ganancias en productividad y generen presiones de costos, con afectaciones en el empleo formal y en los precios.
No obstante, uno de los integrantes (cuyo nombre no se difunde)destacó que hasta ahora, no hay evidencia de que los aumentos de salarios mínimos se hayan traducido en presiones inflacionarias significativas.
Incluso, se refirió que, en el caso de la frontera norte, donde estas presiones podrían haber sido más altas por el mayor aumento del salario mínimo, la información disponible no sugiere un patrón inflacionario distinto al del resto del país.
Otro integrante argumentó que, si bien es loable y necesaria la nueva política de recuperación del poder adquisitivo del salario mínimo; para que ésta sea funcional, es necesario instrumentarla en un horizonte plausible, para vigilar y asegurar que sean aumentos que pueda absorber la economía sin generar presiones inflacionarias.
Bajo este razonamiento, otros integrantes consintieron que para elevar de manera sostenida el poder adquisitivo de los salarios es necesario considerar el papel de otras políticas públicas, tales como fomentar la competencia en los mercados con una participación elevada en la canasta de consumo de la población de menores ingresos.
Preocupa estabilidad de las finanzas públicas
Para un miembro de la Junta de Gobierno, uno de los pilares fundamentales para la estabilidad de precios es contar con finanzas públicas sostenibles y advirtió que su deterioro podría incrementar las expectativas de inflación de mediano y largo plazos.
En este sentido, otro integrante expuso que las finanzas públicas podrían debilitarse ante la caída de la producción petrolera y un menor ritmo de la actividad económica.
Con respecto a la economía mexicana, la mayoría indicó que el desempeño registrado a principios del 2019 fue consecuencia de la desaceleración de la economía global, de cierta debilidad de la demanda interna y de algunos factores de carácter transitorio, tales como los problemas en la distribución de combustibles y la interrupción de vías férreas, que pudieron haber afectado al crecimiento en el primer trimestre del año.
Al respecto, uno aclaró que no hubo mayor contagio hacia otras actividades, por lo que la actividad económica total mostró un ligero avance en enero. Añadió que, en opinión de los analistas económicos encuestados por Banxico, la coyuntura actual para realizar inversiones pasa por un mal momento.
En lo que sí coincidieron todos los miembros de la Junta de Gobierno es en que el balance de riesgos para el crecimiento continúa sesgado a la baja. La expectativa de crecimiento de Banxico para el cierre del 2019 se ubica entre 1.1 y 2.1 por ciento.