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¿Habrá recesión en Europa?
El jueves 21 de julio, el Banco Central Europeo anunció que sus tipos de interés se incrementaban un 0.5 por ciento. De esa forma, el tipo de interés fundamental pasó del 0% al 0.5 por ciento. Los mercados esperaban una subida del 0% al 0.25% y ha sido superior.
El anuncio señala que habrá más subidas para la próxima reunión (el 8 de septiembre), si la inflación no ha mejorado para entonces. El objetivo del BCE es que la inflación en la zona euro se sitúe en el entorno del 2 por ciento. En junio fue del 8.6% y es imposible que en dos meses cambie. Los tipos de interés volverán a subir en septiembre.
¿Por qué el BCE ha subido los tipos?
Las razones de esta decisión son varias y la principal es el crecimiento de la inflación en los últimos meses. Al principio, se achacaba la inflación en la eurozona a los efectos de la invasión rusa a Ucrania en los precios de los combustibles y los alimentos (inflación subyacente). Pero ahora suben todos los precios.
Según Eurostat, en junio la inflación sin combustibles ni alimentos fue del 3.7 por ciento. El Banco Central Europeo no podía esperar más a subir los tipos de interés.
La segunda razón es que la zona euro va retrasada con respecto a Estados Unidos. El miércoles 27 de julio, Estados Unidos volvió a subir el Federal Funds Rate (y van cuatro subidas desde marzo) situándolo en una horquilla de entre el 2.25% y el 2.50 por ciento.
La diferencia en los tipos tiene como principal consecuencia para Europa la apreciación del dólar con respecto al euro. En Europa, los combustibles y buena parte de los bienes importados se compran en dólares, por lo que, con un dólar más caro, la factura europea de petróleo, gas y otros bienes crece y eso empuja al alza la inflación. Además, el hecho de que Estados Unidos ofrezca un tipo de interés mayor hace que los inversores de todo el mundo decidan invertir más en Estados Unidos y menos en los países de la eurozona.
¿Por qué el BCE ha tardado en tomar esta decisión?
Por un lado, porque al incrementar el tipo de interés se encarece la deuda de los Estados de la eurozona. Los ahorradores exigen más rentabilidad por comprar títulos de deuda pública alemana, española, italiana, etcétera. Pero los ahorradores no tienen la misma confianza en la deuda pública italiana o española que en la alemana. Por eso, piden un tipo de interés mayor para comprar la italiana y española; eso es la prima de riesgo.
Si la prima de riesgo aumenta mucho, el Tesoro del país correspondiente tiene dificultades para financiarse. Por eso, el incremento de los tipos de interés recién anunciado viene acompañado por un instrumento para la protección de la transmisión (ITP) que permite al BCE comprar deuda de un solo país en concreto y no de todos, como hasta ahora. El objetivo es evitar que la prima de riesgo de ese país suba mucho y le resulte muy caro financiarse. Por eso se han puesto en marcha ambas decisiones a la vez y se han anunciado en el mismo momento.
La otra razón es que la subida de tipos de interés puede reducir mucho el crecimiento de la economía en la eurozona. Al subir los tipos, las empresas invierten menos y los hogares contratan menos hipotecas y compran menos coches y otros bienes a crédito. Además, aumenta lo que hay que pagar cada mes por un préstamo de tipo de interés variable. Eso afecta a la demanda, la producción y finalmente al PIB.
Las previsiones
Según la última estimación, en Estados Unidos el PIB cayó un 0.9% en el segundo trimestre de 2022. En el primer trimestre, la caída había sido del 1.6 por ciento. Dos trimestres seguidos de caída del PIB se considera técnicamente una entrada en recesión.
¿Qué puede pasar en la zona euro? En su documento sobre perspectivas macroeconómicas de junio, el BCE suponía que el crecimiento en 2022 sería de un 2.8% pero en el mismo documento de tres meses antes la previsión era que creciese un 3.7 por ciento. Por tanto, las expectativas se están deteriorando.
Habrá que ver si Europa se dirige a una recesión. Su dato de crecimiento medio es inferior al 1%, en un año en el que se suponía que se recuperaría de los efectos de la pandemia. Así pues, el frenazo es considerable. Y afectará a 2023, porque la previsión para ese año en el informe de junio es un crecimiento del 2.1%, mientras que en el de marzo era del 2.8 por ciento.
Si el Banco Central Europeo sube más los tipos en septiembre para combatir la inflación, el efecto puede ser aún más negativo. El último factor, y el más difícil de predecir, es la duración de la invasión rusa a Ucrania. Cuanto más dure peores serán los efectos para las economías de la zona euro. Las economías de otras grandes zonas, como Estados Unidos, China, India o América Latina, sufrirán efectos menores. El mayor impacto de la guerra, aparte de en los países en conflicto, se da en Europa.
Jorge Turmo Arnal, Profesor del departamento de Análisis Económico., Universidad Autónoma de Madrid
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.