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Inflación en zona euro siguió a la baja durante julio
El IPC se desaceleró de 5.5 a 5.3% el mes pasado, lo que eleva el consenso de que el BCE pausará en septiembre sus aumentos de tasas.
La inflación de la zona euro volvió a caer en julio y la mayoría de las medidas de crecimiento de los precios subyacentes también se moderaron, una señal reconfortante para el Banco Central Europeo (BCE), que se plantea poner fin a su severa racha de incrementos de tasas de interés.
De acuerdo con Eurostat, los precios al consumo crecieron 5.3% anual en julio, frente a 5.5% de junio, prolongando una tendencia a la baja iniciada en otoño. Excluyendo la energía y los alimentos no elaborados, los precios subyacentes mantuvieron un alza de 5.5 por ciento.
Aunque todavía está lejos del objetivo de 2% del BCE, la lectura puede ayudar a los responsables políticos a argumentar que la inflación en la zona euro sigue una clara, aunque suave, senda descendente y que pueden permitirse no incrementar los réditos, al menos en su próxima reunión.
“Los últimos datos son coherentes con la tendencia a la desinflación”, dijo Frederik Ducrozet, responsable de estudios macroeconómicos de Pictet Wealth Management.
Los grandes vendedores de bienes de consumo, como Unilever, la cervecera Heineken y el gigante de la alimentación Nestlé, han señalado en mayor o menor medida que el grueso de aumentos de precios quedó atrás.
La semana pasada, el BCE aumentó las tasas por novena vez consecutiva, sin embargo, su presidenta, Christine Lagarde, dejó entrever la posibilidad de una pausa en septiembre, ya que las presiones inflacionistas muestran tímidas señales de relajación y aumenta el temor a una recesión.
La obstinación de la inflación en los servicios, junto con una nueva aceleración del precio de los alimentos hasta un alarmante 9.2%, probablemente refuerce los recelos de los halcones políticos del BCE, quienes temen que el elevado crecimiento de los precios se afiance.
La inflación de los servicios es el área en la que la política monetaria debe tener mayor influencia, porque refleja la demanda interna”, explicó Dirk Schumacher, economista de Natixis.
“Así que, los responsables políticos del BCE podrían acordar una pausa en septiembre pero especificar que octubre está muy vivo”.
Los halcones también pueden apuntar a los datos duros sobre la producción económica, que mostraron que la zona euro volvió al crecimiento con un aumento de 0.3% en el segundo trimestre del 2023 a pesar de las encuestas negativas sobre la confianza y la actividad.