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México es un país incluyente
¿Ya modificaste tus políticas de contratación? Si es así, seguramente en tu empresa no importa la discapacidad física, ni la edad, ni las preferencias sexuales.
En el México del siglo XXI el acceso a una plaza laboral ya no tiene limitantes, que nunca debió tenerlos por supuesto, pero hoy sin importar discapacidad física o mental, mayoría de edad, tendencias sexuales, religiosas o políticas, todos pueden acceder a un trabajo digno, remunerador y con prestaciones.
Quizá habrá algún desempleado que debata esta aseveración, pero los empleadores han modificado sus políticas de contratación y a través del responsable de Recursos Humanos abrió las puertas para seleccionar a los candidatos ideales.
Por qué nos referimos a que el administrador del talento se convirtió en pieza clave de tal medida. Resulta que a través de propuestas a cámaras empresariales, al poder Legislativo, a las autoridades federales y locales como a las secretarías de Hacienda, del Trabajo, de Salud, etc., se promovió el concepto de diversidad e inclusión como una necesidad y como un derecho al mundo laboral.
El resultado fue estupendo, empresas nacionales y transnacionales se han hecho de los servicios de invidentes, discapacitados físicos y homosexuales, mentales, madres solteras, incluso madres solteras, con los mismos derechos y obligaciones que el empleado "promedio". Y no podía se de otra manera ya que constitucionalmente sea cual sea su estatus físico, son mexicanos y la ley los ampara en este derecho.
Al dar oportunidad de empleo a este sector social los empleadores reciben incentivos fiscales y como valor agregado llegar a obtener el distintivo de Empresa Socialmente Responsable y ganarse el respeto de la comunidad y hasta de sus competidores.
Apenas hace unos días la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos (AMEDIRH) organizó el Foro de Diversidad e Inclusión, en donde empresas afiliadas dieron a conocer casos de éxito por su política de inclusión, por ejemplo IXE Financiero contrató para su centro de atención telefónico a cuatro invidentes, quienes con su lazarillo cubren la jornada laboral de manera normal.
Manpower, la empresa colocadora de empleos ha logrado ubicar en más de 200 empresas a 1,800 personas entre adultos mayores, ciegos, parapléjicos y débiles auditivos, entre otros, que han respondido a las necesidades y exigencias que el empresario requería.
La diversidad e inclusión no es una dádiva o un rasgo de humildad del inversionista, es de manera directa una obligación legal y un papel fundamental en esto ha sido el ejecutivo de recursos humanos que con su visión y experiencia abrieron conciencia y compromiso social en su organización. Además urgía esta decisión pues dentro de dos décadas aumentará en 12% el número de personas con alguna discapacidad y adultos mayores a quienes deberán ofrecer plazas laborales.
En el foro de referencia, participó un representante de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, quien explicó que en esta sociedad machista y excluyente, las quejas más frecuentes son la violación a su derecho laboral por padecer SIDA o convivir con una pareja de su mismo sexo, asuntos que ya aborda la instancia oficial para acabar con la homofobia y los estigmas sociales.
Los empresarios ha comprendido que el rechazo a un candidato por cualquier motivo los marca como empresa excluyente, por lo piden a su titular de RH que en las convocatorias de empleo se acepten las solicitudes con todos los datos ciertos, después en el proceso de selección y entrevista se conozcan los detalles en gustos, tendencias o discapacidades, salvado esto, si el aspirante cubre los perfiles del puesto, de inmediato se contrate incondicionalmente.
Esta es la nueva mentalidad de los empleadores, tal vez, algunos sean reticentes, pero a través de instituciones como la Amedirh y los foros, talleres, congresos que organiza viene creando conciencia entre sus afiliados para adoptar la diversidad y la inclusión como bandera de empresa responsable.
Tiene que ser así, hoy con los avances tecnológicos y la mirada permanente de los medios de comunicación ya no pasa inadvertida una actitud discriminatoria, que por supuesto trae consecuencias negativas y lo saben.
Finalmente lo que se busca con estas acciones es lograr políticas y ejecución de acciones que alenten la no discriminación por cuestiones de diversidad. Este es un reto que toda la sociedad debemos enfrentar o ganar. Empresas, instituciones como la Amedirh, medios de comunicación, autoridades locales y federales, el Congreso de la Unión y todos debemos respaldar a las "personas diferentes" e impulsarlas a integrarse al compromiso de México: ser un país incluyente.