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Debilidad de EU pone en riesgo la demanda interna

Prácticamente todos los pilares del gasto privado en México tienen fallas estructurales que nos hacen vulnerables ante shocks de demanda externos.

El moderado aumento salarial, la disminución en el ingreso de los hogares, la caída en las remesas familiares, la modesta colocación de créditos de instituciones bancarias y el alto nivel de desempleo podrían reducir ampliamente la demanda interna de México a la luz de la desaceleración de la economía de Estados Unidos, estableció Standard and Poor’s en su más reciente reporte sobre la solvencia económica de México.

Así, el país ya no recibirá el impulso del exterior al que estábamos acostumbrados , aseguró Agustín Carstens, gobernador del Banco de México, al clausurar hace dos semanas la XII Conferencia Anual de la calificadora Moody’s.

En este contexto, cabe destacar que frente a un panorama de franca desaceleración de la economía, el bienestar y la capacidad de consumo de los mexicanos aún no se recupera del impacto de la recesión pasada.

El salario promedio mensual de los trabajadores que cotizan en el Instituto Mexicano del Seguro Social apenas se ha incrementado 7.8% en los últimos dos años, para ubicarse en 7,570 pesos; mientras que la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares revela que el ingreso mensual de los hogares mexicanos (11,645 pesos en promedio) se ubica por debajo de su gasto corriente (11,844 pesos en promedio).

Aunado a lo anterior, Standard and Poor’s indica que el bajo nivel de crédito otorgado por las instituciones bancarias de México también ha sido una de las principales limitantes de la demanda interna.

CRÉDITO, MOTOR A MEDIO GAS

En este sentido, datos del Banco Mundial revelan que actualmente el nivel de crédito bancario otorgado en México es uno de los más bajos a nivel mundial (equivalente a 23% del PIB), mientras que en países como Brasil la proporción de crédito con respecto al PIB es de 54%; en China 127%; Japón 171%; Estados Unidos 203%, y de hasta 270% en Chipre.

De acuerdo con estimaciones de BBVA Research (en su estudio Situación de la Banca en México de julio del 2010), un incremento de 20% en el crédito otorgado por el sistema bancario de México podría propiciar un aumento en la tasa de crecimiento anual del PIB de entre 0.4 y 1 por ciento.

A lo anterior se suma que en julio del 2011 la tasa de desocupación se ubicó en su nivel más alto en lo que va del 2011 (5.62%) y el crecimiento del empleo informal al cierre del primer semestre del año (9.8%) superó la creación de empleos formales (5.5%), con lo cual el sector informal acumuló 12.8 millones de trabajadores y el formal llegó a 14.9 millones de empleados.

Para José Luis de la Cruz, director del Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México, los problemas de empleo en México no sólo tendrán una implicación económica, sino también social, en particular sobre el nivel de ingresos de las familias mexicanas y su nivel de bienestar .

En este sentido, cabe destacar que la recesión económica iniciada a finales del 2007 en Estados Unidos impactó sensiblemente en México, de modo que el porcentaje de población a nivel nacional que dispone de ingresos inferiores de la línea de bienestar aumentó de 49 a 52% en los últimos dos años, mientras que el porcentaje con un ingreso menor a la línea de bienestar mínimo pasó de 16.7 a 19.4%, según revelan datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.

YA ACUSAN DEBILIDAD

REMESAS, FACTOR DE RIESGO PARA CONSUMO

La disminución que ha venido presentando el valor de las remesas familiares recibidas por mexicanos también podría afectar la demanda interna. Así, durante los primeros siete meses del año ingresaron 152,444 millones de pesos, que comparado con los 160,965 millones del mismo periodo del 2010 equivale a una caída de 5.3 por ciento.

Asimismo, la gradual disminución que ha venido presentando la Inversión Extranjera Directa (IED) en los últimos años podría ser otro de los factores que limiten el crecimiento de la demanda interna ante la eventual desaceleración económica de Estados Unidos y México.

En particular si se considera que en los últimos cinco años cerca de 50% de la IED que México recibió provino de inversionistas estadounidenses y que en el primer semestre del 2011 la IED fue de 10,601 millones de dólares, considerablemente menor a la de semestres análogos de años anteriores.

Del mismo modo, cabe mencionar que aunque es difícil cuantificar los costos asociados con el mayor nivel de inseguridad pública, éste representa un costo de oportunidad que pesa sobre el panorama del país para poder lograr niveles de inversión y crecimiento más robustos.

edsanchez@eleconomista.com.mx

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