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Renovables, sin definiciones claras para participación de la IP
Se mantiene la meta de 35% de generación eléctrica a partir de fuentes limpias, pero aun no hay mecanismos para hacer sinergia con la IP.
Mientras la presente administración mantiene la meta de alcanzar una generación de 35% de energía limpia al 2024 en el país, la generación convencional sigue aportando casi 80% de la electricidad que se consume en el país, por lo que la IP ha manifestado la necesidad de establecer mecanismos claros de participación que sustituyan las subastas de largo plazo del gobierno que fueron canceladas, pero que incluso se han reanudado a pequeña escala entre privados.
Durante el primer semestre de la presente administración, la generación termoeléctrica nacional se mantuvo prácticamente igual que en el 2018, con un ligero incremento que incluso explica una menor participación de las fuentes limpias en la canasta nacional.
De acuerdo con el primer informe presidencial, la energía termoeléctrica, que incluye vapor, turbogás, ciclos combinados a gas natural, combustión interna o carboeléctrica fue de 122,491 gigawatts/hora y tuvo una participación de 79.2% en el total nacional en los primeros seis meses del año, con un incremento de 0.19 puntos porcentuales en comparación con el reporte de todo el 2018.
Así, las energías limpias, que según la definición de la Ley de Transición Energética son las que no emiten CO2 a la atmósfera, llegaron a 32,144 gigawatts/hora en los primeros seis meses del año y tuvieron una participación de 20.7% en la generación nacional, con una reducción de 0.18 puntos en relación con la generación del año pasado.
Cabe destacar que esta reducción se explica por la caída de las dos fuentes consideradas limpias, pero no renovables por las externalidades ambientales y sociales que las caracterizan: la hidroeléctrica y la energía nuclear. Así, la energía considerada puramente renovable: geotermia, eólica, bioenergía y fotovoltaica, fue de 14,669 gigawatts/hora en el primer semestre del año y tuvo una participación de 9.5% en el total nacional de enero a junio, con un incremento de 3.1 puntos en relación con el reporte del 2018.
A pesar de estos indicadores, el informe de gobierno reitera que “en materia de generación de electricidad a través de energías limpias se ha desarrollado un programa específico para que los contratos adjudicados a través de las subastas realizadas instalen la infraestructura necesaria y poder cumplir con lo establecido sobre 35% de generación eléctrica a través de energías limpias para el 2024”.
Eólicos piden definiciones claras
Luego de la cancelación de las subastas de largo plazo que durante la administración pasada ejecutó el gobierno federal a través de la Comisión Federal de Electricidad y en que a lo largo de tres procesos se comprometieron inversiones de 8,600 millones de dólares para construir 65 nuevas centrales eléctricas: 46 solares y 19 eólicas, la IP ha reiterado al gobierno la necesidad de encontrar mecanismos que permitan la participación de privados en la expansión de la instalación de renovables en el país.
Leopoldo Rodríguez Olivé, presidente de la Asociación Mexicana de Energía Eólica (AMDEE) reconoció que se está abriendo el diálogo con el gobierno en materia de renovables, ya que en días pasados se llevó a cabo la primera de las mesas de diálogo en materia energética, en que se discutió sobre electricidad y gas natural, con la participación de representantes de esta asociación.
“Es positivo el ambiente que se ha generado, todos los que estuvimos ahí consideramos que se superaron las expectativas”, explicó el presidente de la AMDEE en el evento de cierre del Fondo AMDEE-Oaxaca para otorgar apoyos a las comunidades donde se ubican los parques eólicos en el Istmo de Tehuantepec, “todavía falta un largo trecho para ir cerrando acuerdos concretos, pero se identificaron necesidades específicas”.
Por lo pronto, la comercializadora suiza de energía Vitol, arrancó hace unos días el primer proceso de procura de energía, potencia, certificados de energía limpia y coberturas de congestión diseñado para los participantes de la industria eléctrica mexicana, es decir, una subasta en que espera detonar inversiones por 1,000 millones de dólares para los próximos 10 años.