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Se quiebra el pilar de Cemex, Lorenzo Zambrano
El que fuera artífice de la expansión de la más global de todas las empresas mexicanas falleció ayer inesperadamente, en apariencia por un paro cardiaco.

Lorenzo Zambrano, el audaz hombre de negocios que llevó a Cemex a ser una de las tres empresas cementeras más importantes a nivel mundial, falleció la tarde de ayer en Madrid, España.
Nació en Monterrey, tenía 70 años de edad y una fortuna que oscilaba los 1,800 millones de dólares.
A las 17:11 horas Cemex publicó, como evento relevante en la Bolsa Mexicana de Valores: La operación y administración del grupo continuará desarrollándose normalmente. El Consejo de Administración se reunirá en los próximos días para tomar decisiones . No hubo mayores detalles.
En su versión on line, el diario español El País informó que el empresario murió de manera inesperada en el hotel Villa Magna del Paseo.
La noticia causó impacto en las reacciones en las redes sociales, mismas que lo atraían. Zambrano se llegó a considerar un tuitero (sumó 128,000 seguidores). En el 2010 llamó por esa vía cobardes a quienes huían de Monterrey por la inseguridad que registraba su tierra natal. La violencia no lo espantaba, lo obligaba a actuar.
Vayan al exterior a conquistar, a crecer, a aprender. No se vayan por miedo , dijo un año después en una ceremonia en el ITESM Campus Monterrey, su alma mater, donde se graduó como ingeniero mecánico administrador en 1966.
Con esa visión lideró la expansión de la empresa. En el camino tuvo que tomar decisiones, muchas de ellas en contra de sus deseos, según refirió, como recortar unos 7,000 empleados a fines del 2008 en todo el grupo, luego de haber estallado la crisis hipotecaria en Estados Unidos.
LA LLEGADA A CEMEX
Lorenzo Zambrano aseguraba que desde su infancia tenía el deseo de entrar a Cemex, empresa fundada por su abuelo, del mismo nombre, en 1906.
Soñaba con dirigir a la cementera icono de Monterrey y lo logró en 1985 (una década después se convirtió en el presidente del Consejo de Administración). En sus charlas invitaba a arriesgar, a plantearse metas elevadas, a ser ambiciosos.
Cemex inicia su expansión internacional a principios de los noventa en España y ya no paró. Tenía claro que las oportunidades son para aprovecharlas. Para el 2007 ya tenía presencia en 20 países. Australia era la nueva meta y lo hizo con la compra de Rinker, que posteriormente vendió.
La mayor crisis económica mundial estalló meses después y el panorama se complicó, pero el empresario lo miró de frente.
No me arrepiento, lo pudimos haber hecho después o antes. Era algo estratégico a largo plazo , refirió en una entrevista televisiva el empresario que tenía un gusto particular por el arte, la filantropía y la comunicación.
Dos temas nublaron la historia empresarial de Zambrano: la multa de las autoridades de competencia por impedir el ingreso del cemento ruso que cargaba el buque Mary Nour y el alto nivel de endeudamiento por la transacción de Rinker.
De la primera situación manifestó que no era algo que lo inquietara, dormimos muy bien, hemos sido transparentes... Hemos crecido porque competimos. Nos gusta competir . Sobre el valor de sus acciones, a principios del 2008 señaló que se exageró y se sobrecastigaron los papeles, porque no se tomó en cuenta la reingeniería de su deuda. No vendemos porque necesitamos sino porque queremos vender. Cuando compramos Rinker sabíamos que era una compra grande... desgraciadamente las economías se desaceleraron .
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alejandro.delarosa@eleconomista.mx