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Morena impulsa iniciativa de reforma para beneficio de la radio indígena y afromexicana

La reforma será un impulso para 201 estaciones de radio indígena, comunitario y afromexicano que a la fecha transmiten al aire por todo el territorio nacional y las que aparezcan en el futuro, esto por su empuje financiero, regulatorio y de ampliación de voces por el cuadrante de AM/FM.

La reforma, en caso de aprobarse en el Congreso de la Unión, también haría posible que ese tipo de concesionarios tengan más sencillo acceder a dinero que les permita una operación sostenida de sus frecuencias.Ilustración EE: Nayelly Tenorio

El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) promueve una iniciativa de reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión (LFTR), con objetivo de empoderar a la radio indígena, social y de mexicanos con origen africano.

La reforma, ahora en etapa de estudio en el Senado, será un impulso para 201 estaciones de radio indígena, comunitario y afromexicano que a la fecha transmiten al aire por todo el territorio nacional y para las que aparezcan en el futuro, esto por su empuje financiero, regulatorio y de ampliación de voces por el cuadrante de AM/FM.

En México, además de la población mestiza, conviven 67 primeras naciones y 68 lenguas nativas, que hacen a este país uno de los más diversos del continente americano.

La iniciativa se trata de una reforma que adiciona, acota y reescribe siete artículos de la LFTR, para que se amplíen las oportunidades de los pueblos indígenas en su acceso a frecuencias para la creación de nuevas estaciones de radio AM/FM que divulguen el pensamiento de los pueblos originarios de México.

La reforma, en caso de aprobarse en el Congreso de la Unión, también haría posible que ese tipo de concesionarios tengan más sencillo acceder a dinero que les permita una operación sostenida de sus frecuencias, sobre todo en la banda de amplitud modulada que presenta mayores retos técnicos y financieros para cualquier tipo de radiodifusor.

También se propone que el Consejo Consultivo del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) abra cuatro asientos a representantes indígenas y afromexicanos, con lo que este sector de la radiodifusión tendría el 27% de los espacios totales que componen este órgano.

Lo más trascendente de la iniciativa de la promovente Laura Estrada, senadora de Morena por Oaxaca, radica en que se plantea expandir la banda de reserva del espectro radioeléctrico en frecuencia modulada para el surgimiento de ese tipo de estaciones de radio, del 10% al 33%, un porcentaje que posiblemente encendería alertas entre los concesionarios de la radio comercial.

Más claro, el marco actual establece una reserva espectral para radio pública entre las frecuencias que van de los 106 a los 108 Megahertz, pero de aprobarse la reforma, la reserva iría de los 101.5 a los 108 Megahertz, lo que significa que en el futuro, la autoridad que fuese, el IFT o una dependencia de la SICT, entregaría o renovaría concesiones de espectro para radio comercial que ya ocupaban una posición en esa franja, a condición de que acepten una reubicación de señal, con las adecuaciones técnicas y financieras que resulten.

Como ejemplo, en la Ciudad de México existen dos estaciones de radio pública, social o comunitaria que surgieron gracias a la banda de reserva, las frecuencias de Violeta Radio XHCDMX 106.1 y la 106.9 XHSCCA, de acuerdo con En Frecuencia.

La industria de radiodifusión comercial en México emplea hoy a 48,646 personas y genera una economía de 56,400 millones de pesos, cifras que se entienden más cuando se lee que este sector ha perdido ingresos por un 33.56% desde el año 2013 y al 23.97% de sus trabajadores, también desde ese año, por factores económicos, tecnológicos y por cambio de hábitos de consumo de los radioescuchas.

La senadora Estrada, en una iniciativa muy temeraria y demasiado cargada de ideología, empuja que los entes públicos de nivel federal eleven las aportaciones que envían a la radio indígena a partir del presupuesto de sus oficinas de comunicación social, que hoy es equivalente al 1%, hasta el 10% cuando se apruebe su propuesta.

La elevación de este nivel de porcentaje haría más viable la supervivencia de las radios indígenas y afromexicana.

Sin embargo, las dependencias federales durante el primer gobierno de la Cuarta Transformación fueron las más reacias a canalizar dinero de sus oficinas de prensa hacia la radio indígena, aún con la exhortación del Instituto Federal de Telecomunicaciones, que hasta hoy ha sido la autoridad más constante a enviar el 1% de su propuesto de prensa para ese tipo de estaciones y aun cuando Morena, el partido político de la senadora Estrada, va con otra reforma constitucional para desaparecer al IFT, por lo que tampoco queda claro cómo encaja la propuesta de Estrada para hacer cambios al Consejo Consultivo del IFT.

“Creo que no se va a dictaminar alguna de estas iniciativas, hasta saber qué le depara al Instituto Federal de Telecomunicaciones. Pero, en todo caso, aun pasando las facultades del IFT a la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, todo este conjunto de derechos y obligaciones queda intacto, porque eso no se mueve en la propuesta de reforma de los órganos reguladores. Entonces, más bien habrá que ver si hay algún cambio ya en lo que es particularmente la iniciativa de reforma a la LFTR y ahí se tendrán que dar todos estos matices o algunos otros derechos”, dijo Gabriel Sosa, investigador histórico de la industria mexicana de radiodifusión.

La senadora Estrada promueve en su reforma una eliminación de lo que ella considera son barreras que impiden a la radio indígena hacerse de recursos para financiar sus transmisiones y con ello cumplir su objetivo de divulgación.

Estrada propone una flexibilización de los requisitos para la obtención de recursos; también una diversificación de las fuentes de ingresos y que se permitan los donativos en dinero o en especie, y se promuevan los convenios de coinversión. La senadora saluda el arrendamiento de estudios, servicios de edición, audio y grabación.

Hasta ahora existen en la legislación candados para que no se cuelen a la radio indígena, social y comunitaria dineros de procedencia dudosa o que impiden a este tipo de concesionarios comercializar pauta publicitaria, debido a que ya reciben sus señales de espectro por asignación directa y comercializar tiempo aire de manera lucrativa, afectaría el mercado de radio cuando existen radiodifusores que acreditan tributación fiscal por sus concesiones de espectro.

“Hacer radio, desde el equipamiento de una emisora y el sostenimiento de la misma implica recursos sociales, culturales y económicos. De estos últimos adolecen todas las radios comunitarias”, dice la iniciativa de la senadora.

“En México hay una historia de los medios comunitarios indígenas construida de manera estereotipada y folclorizada que obedece a la ignorancia o resistencia de los sectores hegemónicos de reconocer la epistemología comunicológica de los grupos subalternos hacedores de estos medios (…) Hay un deseo inconsciente de silenciar u ocultar el conocimiento de obreros, campesinos, migrantes, mujeres y demás grupos vulnerables expresados en la radio y medios de comunicación”, motiva la senadora en su iniciativa.

Periodista de negocios para El Economista, con especialidad en telecomunicaciones e infraestructura. Es licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM, con estudios posteriores en el ITESM Campus Ciudad de México, el ITAM y la Universidad Panamericana. Fue colaborador en Grupo Radio Centro, Televisa, El Financiero y Alto Nivel, entre otros. Ha sido moderador en los congresos internacionales de Futurecom y NexTV Latam; y también citado en el “Estudio sobre telecomunicaciones y radiodifusión en México, 2017” de la OCDE, y en distintos informes sobre espectro radioeléctrico de la GSMA y de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet).

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