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Guadalajara apuesta por modelo israelí en la agricultura
Con esta metodología de granjas colectivas se producirá perecederos, textiles orgánicos y plásticos degradables.
Guadalajara, Jal. Guadalajara será la primera ciudad en América Latina y el Caribe que contará con un kibutz, un modelo de agricultura israelí que se desarrolla a través de granjas colectivas.
Arrancará en los próximos tres meses en el Parque de Solidaridad, al oriente de la ciudad, y contará con la capacitación de los expertos israelíes y requerirá una inversión de aportaciones privadas de 5 millones de pesos, indicó Alfonso Olivera, director de la asociación civil Hadrón, impulsora del proyecto.
El kibutz de Ein Shemer desarrolló un modelo de educación y ciencia que genera proyectos productivos para los estudiantes, quienes, durante el ciclo escolar, acuden a hacer proyectos de investigación, y al final del ciclo escolar el producto que ellos desarrollan tiene la calidad suficiente para que pueda ser comercializado y generar con ello un proyecto productivo , puntualizó.
Olivera comentó que se quiere reactivar lo que alguna vez fue en el parque un invernadero y una granja, pero ahora con esta metodología que el kibutz Ein Shemer ha implementado desde 1971, para transferir este conocimiento a estudiantes, principalmente, y a la población.
El objetivo es que este invernadero y esta granja se vuelvan un referente como centro de capacitación en Jalisco para promover la economía verde y los proyectos de empleabilidad con este enfoque de innovación y sustentabilidad , añadió.
Mano de obra
Detalló que el proyecto se construirá con materiales reciclables y la mano de obra principal. Igual que en Israel, será de estudiantes y, en el caso de Jalisco, de jóvenes que no estudian ni trabajan.
En el caso de Guadalajara queremos replicar las mejores prácticas implementadas por ellos (israelíes) y después, en nuestra realidad cultural, política, geográfica y social, matizar, en la medida de lo posible , dijo el director de Hadrón.
Refirió que el estado es una zona vulnerable porque el nivel de vandalismo y de desocupación de muchos jóvenes representa un grupo demográfico que no está siendo atendido y, por lo tanto, de ellos se puede obtener la fuerza laboral.
Expuso que en el proyecto no sólo se contempla la producción de bienes perecederos o comestibles, toda vez que el invernadero cumple una función educativa, por lo que contará con auditorio, salas de capacitación, biblioteca, entre otros.