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Lamosa, un imperio ?de ladrillos y azulejos

Con 122 años de iniciar operaciones, la compañía es una de las más sólidas en el sector de la construcción de Nuevo León y ?del país.

Monterrey, NL. En 1890, un par de ciudadanos estadounidenses fundaron una pequeña fábrica de ladrillos denominada Compañía Manufacturera de Ladrillos de Monterrey, que fue instalada en unos terrenos ubicados en la zona sur de la capital de Nuevo León, sobre la avenida Revolución. Con el paso de los años, ésta se transformó en una de las empresas más competitivas de productos para la industria de la construcción.

La fábrica arrancó con 75 trabajadores y con una producción de 20 millones de ladrillos al año. Sin embargo, en 1929, ante los efectos devastadores de la Gran Depresión de Estados Unidos, los inversionistas extranjeros decidieron venderla a dos empresarios regiomontanos de esa época: Bernardo Elosúa y Viviano Valdés, quienes la constituyen como Ladrillera Monterrey.

A más de 120 años de su fundación, Ladrillera Monterrey, hoy conocida como Lamosa, se ha consolidado como una innovadora empresa con diversos productos para la industria de la construcción como pisos y recubrimientos cerámicos, sanitarios y adhesivos.

Al compartir la historia de Lamosa, Tomás Garza, director general de finanzas de esa compañía, agrega que lo que inició como una fábrica de ladrillos evolucionó con el paso de los años hasta convertirse en una de las empresas más grandes a nivel mundial en la producción de pisos cerámicos y con un amplio portafolio de productos para la industria de la construcción.

Entre los diversos pasajes en la línea del tiempo de Lamosa, destaca que 1933 fue un año importante por dos sucesos: incursionaron en el negocio de azulejos, pisos y barro blocks, siendo pioneros en México en la fabricación de esos productos; y dejaron de usar leña como combustible para los hornos y comenzaron a utilizar gas.

ACCIONES Y LADRILLOS

En 1951, Lamosa comenzó a cotizar en la Bolsa Mexicana de Valores, lo que la convierte en una de las empresas más antiguas en hacerlo, con más de 60 años en el mercado bursátil dando muestras de prácticas de buen gobierno corporativo.

Posteriormente, en 1957 comenzaron a producir el adhesivo cerámico conocido como crest y en 1963 iniciaron con la fabricación de sanitarios y muebles para baño a través de Sanitarios Azteca -ahora Sanitarios Lamosa.

Garza refiere que fue hasta la década de los 80 cuándo este grupo industrial se lanzó a participar en el negocio inmobiliario.

En 1995, Ladrillera Monterrey modifica su razón social y se convierte en Grupo Lamosa; sufrió varios cambios de organización tendientes a transformarse en una empresa de clase mundial.

NEGOCIO INMOBILIARIO

En sus orígenes, Lamosa contaba con diversas reservas de terreno en la zona sur de Monterrey, de donde extraía la arcilla que utilizaba en la producción de ladrillos. Sin embargo, ya transformada en una empresa competitiva en la industria de la construcción, puso fin a la fabricación de ladrillos en el 2006, cuando se apagaron los hornos y dejó de operar la última línea de producción, debido a que con los nuevos sistemas de construcción se había convertido en un producto de bajo valor agregado y sus últimos pedidos provenían del Valle de Texas. Mientas que en México había caído la demanda.

Así, su debut en el sector inmobiliario surgió al agotarse las reservas de arcilla en las grandes terrenos que tenía en la zona sur de Monterrey, por lo que de ahí surgió la necesidad de darle una utilidad a esas propiedades, transformándolas en centros comerciales y zonas residenciales.

Lamosa construyó dos grandes centros comerciales: Valle Oriente y Plaza Cumbres, que vendió en el 2007 para pagar deuda y contar con el músculo financiero necesario para adquirir a Porcelanite, que entonces pertenecía al Grupo Carso: Y nos convertimos en uno de los más grandes fabricantes de pisos cerámicos a nivel mundial , sostiene Garza.

Sin embargo, deja en claro que la historia de Lamosa ha sido de una transformación constante, con una estrategia consistente en la innovación y tecnología de punta.

Actualmente, la empresa está integrada por cuatro divisiones: revestimientos, adhesivos, sanitarios e inmobiliario, con ventas anuales por 690 millones de dólares y exportaciones por 136 millones, con una fuerza laboral de 5,200 trabajadores.

Sus exportaciones llegan a 15 países, con una fuerte presencia en todo el continente americano, en donde 50% de sus ventas al exterior se dirige al mercado de Estados Unidos.

Cuadros llenos de historia

  • 1890 nace Ladrillera Monterrey.
  • 1933 comienza a fabricar azulejos.
  • 1951 ?entra a cotizar en la BMV.
  • 1995 se convierte en Lamosa.

atorres@eleconomista.com.mx

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