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Proyecto Cabo Dorado nos aterroriza: Philippe Cousteau

El plan de desarrollo consta de nueve hoteles, una aeropuerto, dos campos de golf y una concesión de 4.8 millones de metros cúbicos de agua.

El desarrollo hotelero que la compañía de origen chino La Ribera Desarrollos BCS quiere construir en Cabo Pulmo, Baja California Sur, preocupa a Philippe Cousteau, nieto del explorador francés Jacques-Yves Cousteau (1910-1997). Estamos aterrorizados , dijo el ambientalista durante su conferencia en el encuentro: Morelos Único.

Cabo Pulmo es una zona protegida y sería una vergüenza que desarrolladoras hoteleras llegaran ahí , dijo Cousteau, documentalista y activista por la defensa del medio ambiente. La Ribera Desarrollos BCS quiere construir 22,506 habitaciones en nueve hoteles y residencias multifamiliares, una aeropuerto, dos campos de golf y una concesión de 4.8 millones de metros cúbicos de agua.

Cousteau es presidente de EarthEcho Internacional, una organización de educación ambiental sin fines de lucro, y el jueves dio una conferencia el jueves pasado en el encuentro Morelos Único, en Cuernavaca.

El proyecto Cabo Dorado tiene detractores. Organizaciones ambientalistas como el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) o Greenpeace han mostrado reticencia, aunque están a la espera de informes científicos que sustenten la existencia o no de posibles impactos en la zona. Aunque seguimos analizando el proyecto, creemos que es una amenaza potencial para Cabo Pulmo , dijo Alejandro Olivera, coordinador de políticas públicas y comunicación desde la Oficina Noroeste del Cemda.

No es la primera vez que Cabo Pulmo, situada a menos de dos horas de Los Cabos, se encuentra en peligro. En el 2008 se presentó una solicitud por parte de una desarrolladora española a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para obtener la autorización de construir y operar en una zona cercana a Cabo Pulmo.

La concesión del proyecto fue ampliada por la Semarnat en enero del 2011. El organismo autorizó a que se ocupasen más de 3,800 hectáreas para construir una marina de 490 amarres, 27,000 habitaciones y dos campos de golf. Los planes eran construir un desarrollo muy similar al que hoy tiene Cancún en un área donde no hay agua ni infraestructura , dijo Cousteau.

Gracias al gran movimiento social que rechazó la construcción del desarrollo, el entonces presidente Felipe Calderón canceló el proyecto en el 2012. El movimiento social fue definitivo, fue una presión pública muy fuerte y fue lo que tiró por tierra el proyecto de Cabo Cortés , dijo Raúl Estrada, director de comunicación en Greenpeace, entrevistado vía telefónica este viernes.

raquel.rivas@eleconomista.mx

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