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Quintana Roo se inclina por recursos verdes
Busca obtener financiamiento internacional para proyectos sostenibles en el sur del estado.
Cancún, Qroo. Quintana Roo delinea su estrategia de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación Forestal (REDD PLUS) para poder obtener recursos de organismos internacionales que beneficien a ejidos del sur del estado, con planes específicos de conservación, captura de carbono y desarrollo de proyectos de aprovechamiento sustentable.
José Luis Funes Izaguirre , subsecretario de Política Ambiental del gobierno estatal, dijo que la estrategia REDD PLUS va muy avanzada y muy posiblemente a partir del año próximo podrían comenzar a fluir los recursos que se aterrizarían específicamente en los municipios de Bacalar, Othón P. Blanco, Felipe Carrillo Puerto y José María Morelos.
La Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de bosques (REDD+) es un mecanismo concebido en el seno de la convención de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, que tiene como objetivo reconocer el servicio que prestan los bosques en el almacenamiento o captura de carbono, vital para evitar el avance del calentamiento global. A través de financiamiento internacional, incentiva prácticas que permitan la disminución de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
DEFINEN OPORTUNIDADES
Funes Izaguirre explica a El Economista que en el caso de Quintana Roo ya se creó la Asociación Municipal para el Medio Ambiente del Sur de Quintana Roo, organismo público que integra el trabajo de instituciones como la Comisión Nacional Forestal, la Secretaría de Desarrollo, Agropecuario, Rural e Indígena (Sedari), el Consejo de Silvicultura Mexicana, así como el Corredor Biológico Mesoamericano, que ya se encuentran trabajando como las comunidades de ejidatarios del sur de Quintana Roo, para definir las zonas que se deben mantener como sumideros de carbono y aquellas en las que las comunidades pueden desarrollar actividades de aprovechamiento sostenible de la biodiversidad de la selva quintanarroense.
Es, a final de cuentas, un pago que reciben las comunidades por los servicios ambientales que prestan sus bosques por la importantísima labor de retener el carbono .
Existen proyectos ya inscritos como el aprovechamiento del árbol del chicle, el cultivo y comercialización de especies endémicas como la ramona, así como un ambicioso proyecto a futuro de la colocación de bonos de carbono en el mercado internacional, añadió el funcionario.