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Geopolítica

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COP26: 400 jóvenes viajan en tren a Glasgow para exigir medidas contra el cambio climático

El viaje en tren, organizado por la ONG Youth for Sustainable Travel, es también una oportunidad para destacar las virtudes del ferrocarril, medio de transporte con emisiones de carbono muy inferiores a las del avión.

Foto: AFP.

Foto: AFP.Foto: AFP.

Un vagón bautizado "realidad climática", otro "transformar la sociedad" y un tercero "paren de hablar y empiecen a actuar". Así es el tren que llevó a unos 400 jóvenes activistas hasta Glasgow para la gran conferencia sobre el clima COP26.

Durante las diez horas de viaje desde Ámsterdam hasta la principal ciudad de Escocia, pasando por Bruselas y Londres, estos combatientes climáticos, muchos de ellos adolescentes, comparten un espíritu de camaradería, pero también indignación e ira ante la emergencia climática.

Pese a todo, muchos ponen pocas esperanzas en esta cumbre, que se inauguró el domingo y por la que hasta el 12 de noviembre deben desfilar más de 100 líderes mundiales y delegaciones de casi todos los países del planeta con la esperanza de lograr compromisos concretos para limitar el calentamiento global.

"Los responsables políticos no alcanzarán los objetivos del Acuerdo de París, no limitarán el aumento de la temperatura por debajo de +1.5°C", dice a la AFP Johnny Dabrowski, un estudiante de 18 años originario de Varsovia, en referencia a uno de los compromisos claves del tratado climático firmado en 2015.

Quiere convertirse en ingeniero medioambiental para ayudar a cambiar las cosas y paliar la incapacidad de las mayores economías del mundo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

"Tenemos que eliminar el carbono de la atmósfera, es un hecho", sentencia.

También para la joven Elin Wilhelmsson su compromiso pasa por el trabajo. Ingeniera de gestión de residuos en la ciudad sueca de Aneby, encabeza una pequeña delegación de activistas su país a la COP26 y tiene el codiciado estatus de "observadora" en las negociaciones.

A sus 24 años, esta entusiasta de la naturaleza promete que desempeñar su papel de vigilante lo mejor posible.

El viaje en tren, organizado por la ONG Youth for Sustainable Travel, es también una oportunidad para destacar las virtudes del ferrocarril, medio de transporte con emisiones de carbono muy inferiores a las del avión.

En término medio emite diez veces menos CO2, defiende durante una parada en Bruselas el director general de Eurostar, la compañía ferroviaria que conecta el Reino Unido con el continente europeo por el túnel bajo el Canal de la Mancha, Jacques Dumas.

"Empezando a sentir pánico"

Vinne Luyt, voluntario de Oxfam de 22 años y estudiante de Relaciones Internacionales en la ciudad belga de Gante, vino a expresar su apoyo a los países del sur y lamenta que muchos de sus jóvenes no hayan podido acudir a la COP26 por no haber sido aún vacunados contra el Covid-19.

"Muchos jóvenes habrían venido", dice este belga que entabló amistad con activistas de Colombia, Indonesia e India por videoconferencia.

"Están empezando a sentir pánico por el impacto del cambio climático en su vida diaria", asegura.

El actual calentamiento de +1°C con respecto a la era preindustrial ya ha provocado una serie de efectos devastadores, como espectaculares incendios en California o inundaciones en Europa occidental. Pero si no se hace nada, lo peor está por llegar, advierten los científicos.

A bordo del tren de 20 vagones hay también muchos periodistas, incluida una nueva generación de reporteros que ha cambiado las pesadas cámaras de televisión por los teléfonos inteligentes.

"Nos dirigimos a los jóvenes", explican los periodistas Lucas Wicky y Florian Thomas, ambos veinteañeros, que trabajan para Brut, un medio en línea con ediciones en media docena de países, compuesto al 100% por vídeos, algunos de los cuales tienen más de 10 millones de visitas.

A medio camino entre Londres y Glasgow, la voz de una empleada de la empresa Avanti West Coast resuena sobre el bullicio de las conversaciones: "Me llamo Fatin Abdalá y estoy muy emocionada de estar en este tren", dice con convicción.

Originaria de Sudán, participó hace tres años en un encuentro sobre cambio climático en París como joven delegada de una oenegé y la experiencia le dejó huella.

Ahora está acabando un doctorado en ingeniería mecánica para encontrar formas de almacenar el calor generado por los paneles solares que puedan utilizarse en los países en desarrollo, como el suyo, donde muchas personas carecen de electricidad.

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