Con Santorum fuera, Romney va por Obama

La decisión de Rick Santorum de suspender su campaña presidencial el martes llevó prácticamente a su fin la carrera por la nominación republicana, lo que da a Mitt Romney la oportunidad de reparar el daño que sufrió durante las elecciones primarias, de reunir a los conservadores reacios en apoyo a su candidatura y cambiar su foco de campaña en torno del presidente Obama.

Las elecciones generales, que ya estaban tomando forma con el gobierno de Obama y la campaña de Romney enfrentándose de manera más directa en las últimas semanas, entrarán en un ritmo más vertiginoso, con el ojo de los estadounidenses dirigido a una probable campaña de siete meses entre los dos candidatos, quienes tienen visiones sorprendentemente diferentes acerca de hacia dónde deba ser dirigido el país.

Romney ha intentado desde siempre pintar a Obama como un presidente cuyas políticas han frenado la recuperación económica al agrandar al gobierno e incrementar el déficit y la deuda. Por otro lado, Obama ha criticado a Romney como el defensor de las políticas que condujeron a la nación a la profunda recesión y como un político que protege a los más ricos a expensas de la clase media.

Para Mitt Romney, esta carrera siempre ha estado centrada en derrotar el presidente Obama y logra que los estadounidenses vuelvan a trabajar. Desde el momento en que Mitt Romney anunció su candidatura, ha conducido su campaña con el mensaje de que el presidente Obama no ha podido arreglar la economía , expuso la vocera de Romney, Andrea Saul, a través de un comunicado.

El gerente de la campaña de Obama, Jim Messina, rápidamente reviró al afirmar: Pese a que se hace llamar el ‘candidato ideal’ para el Tea Party, ha prometido volver a las mismas políticas que provocaron la crisis económica y han segregado a las mujeres, a las familias de clase media y a los hispanos residentes en EU .

Romney sigue muy por debajo de los 1,144 delegados necesarios para asegurar la nominación, y Newt Gingrich y Ron Paul aún permanecen en la competencia.

Gingrich se comprometió nuevamente a seguir su campaña para dar a los conservadores una opción verdadera y exhortó a los partidarios de Santorum a verlo con nuevos ojos. Pero ni la campaña de Romney ni la mayoría de los republicanos considera a ambos serios contendientes.