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Mexicano libra pena de muerte en Nebraska
La abolición de la pena de muerte en Nebraska permitió conmutar la sentencia al mexicano Jorge Galindo Espriella, quien hace 11 años fue condenado a morir por inyección letal, tras un robo bancario en el que murieron cinco personas.
La abolición de la pena de muerte en Nebraska permitió conmutar la sentencia al mexicano Jorge Galindo Espriella, quien hace 11 años fue condenado a morir por inyección letal, tras un robo bancario en el que murieron cinco personas.
Galindo, de 34 años y originario del estado mexicano de Tamaulipas, era uno de los 10 reos sentenciados a muerte en la Institución Correccional de Tecumseh, Nebraska, cuyas sentencias han sido conmutadas ahora por cadena perpetua sin libertad condicional.
Otro reo que también estaba sentenciado a la pena capital falleció de causas naturales en ese pabellón el pasado domingo.
Nebraska se convirtió la víspera en la entidad número 19 en abolir la pena de muerte en Estados Unidos, luego que una mayoría de legisladores lograron superar el veto que había promulgado el gobernador republicano Pete Ricketts contra el proyecto de ley.
Galindo, cuya familia emigró a Estados Unidos cuando él tenía 12 años de edad, fue uno de los cuatro hombres armados que el 26 de septiembre de 2002 ingresaron a una sucursal del banco U.S. Bank en Norfolk, Nebraska, con la intención de asaltarla.
Sin embargo, las cosas no salieron como habían sido planeadas por Galindo y sus cómplices, identificados como José Sandoval, Gabriel Rodríguez y Eric Fernando Vela.
Según las autoridades, tres de los asaltantes estaban drogados, lo que los hizo tener un exagerado sentido del peligro, por lo que comenzaron a disparar sin motivo aparente. Rodríguez permaneció afuera de la sucursal para vigilar.
De acuerdo con las autoridades, Galindo mató de varios balazos a la subgerente de la sucursal, Lola Elwood, cuando él y sus dos acompañantes se encontraban dentro del banco.
En el incidente también murieron los empleados Jo Mausbach, Samuel Sun y Lisa Bryant, así como la cliente de la sucursal bancaria Evonne Tutte.
Los ladrones sólo permanecieron dentro del banco unos 40 segundos y no se llevaron ningún dinero.
La policía pudo detenerlos al haber robado durante su fuga una camioneta Suburban que tenía un sistema de seguridad que permitía determinar su ubicación a través de una señal vía satélite. Los cuatro fueron sentenciados a la pena de muerte.
La conmutación de la pena capital por cadena perpetua para Galindo deja en 59 el número de mexicanos que se encuentran actualmente sentenciados a muerte en Estados Unidos, la mayoría de ellos en California y Texas.
De acuerdo con el Centro de Información en Pena de Muerte, al menos nueve mexicanos que han sido condenados a muerte en este país han recibido, por diversas razones, la conmutación de su sentencia.
Al igual que Galindo, las sentencias de Gabriel Solache Romero, Juan Caballero Hernández y Mario Flores Urban fueron conmutadas en 2003, cuando Illinois abolió la pena de muerte. Flores Urban fue después exonerado y deportado a México en libertad.
En Texas, se conmutó en 2011 la sentencia a la pena de muerte a Daniel Plata Estrada por la de cadena perpetua, tras ser declarado con retraso mental.
Las condenas de Martín Raúl Fong Soto, en Arizona, y Oswaldo Regalado Soriano, en Texas, fueron conmutadas en 2005 luego que la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos calificó como anticonstitucional la aplicación de la pena de muerte a quienes cometieron sus crímenes cuando eran menores de edad.
Otros beneficiados por la conmutación de sus condenas a muerte por cadena perpetua son Osvaldo Torres Aguilera, en Oklahoma, y Rafael Camargo Ojeda, en Arkansas.
A ambos les fueron conmutadas sus sentencias debido al fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que ordenó a Estados Unidos revisar sus condenas al determinar que se violaron las garantías de los reos al no ser notificados de su derecho a la asistencia consular.
En California, el mexicano Constantino Carrera Montenegro logró que su sentencia de muerte fuera revertida en una apelación y está a la espera de ser enjuiciado de nuevo.
mrc