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Geopolítica

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Putin pide a la UE reanudar el diálogo con Bielorrusia para resolver la crisis migratoria

Más de 2,000 migrantes, en su mayoría kurdos, están bloqueados a la intemperie desde hace varios días en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, en condiciones humanitarias deplorables, mientras las temperaturas en esta parte de Europa bajan a cero grados.

Foto: Reuters.

Foto: Reuters.

El presidente ruso, Vladimir Putin, instó el jueves a la Unión Europea (UE) a reanudar el diálogo con el gobierno de Bielorrusia, que es acusado de fomentar una crisis migratoria en su frontera con Polonia y amenazó con suspender el suministro de gas a Europa si es objeto de nuevas sanciones.

En caso de medidas punitivas, Minsk "responderá", dijo el presidente bielorruso Alexander Lukashenko, mencionando la posibilidad de interrumpir las entregas de gas del gasoducto Yamal-Europe, que traslada el gas ruso a Alemania y Polonia, fundamentalmente.

"¿Qué pasaría si cortamos el gas natural que llega hasta allá?", se preguntó Lukashenko, que profirió esta amenaza en un momento en que los países europeos sufren el aumento de los precios del gas debido a una reducción de la oferta.

Más de 2,000 migrantes, en su mayoría kurdos, están bloqueados a la intemperie desde hace varios días en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, en condiciones humanitarias deplorables, mientras las temperaturas en esta parte de Europa bajan a cero grados.

Esta crisis entre Bielorrusia, aliado de Rusia, y Polonia, miembro de la Unión Europea, fue objeto de debate en una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU.

Los países occidentales del organismo condenaron en una resolución conjunta "la instrumentalización orquestada de seres humanos" por Bielorrusia con el objetivo de "desviar la atención de sus propias y crecientes violaciones de derechos humanos".

El embajador ruso en la ONU, Dmitri Polianski, reprochó a la UE no atender a estos migrantes. "No se les permite cruzar la frontera, son perseguidos, golpeados. Es una vergüenza", dijo.

La UE acusa a Bielorrusia de organizar estos movimiento de migrantes y de otorgarles visados e incluso fletar aviones para desestabilizar a Europa y vengarse así de las sanciones occidentales impuestas contra el gobierno de Lukashenko tras su criticada reelección en 2020, a la que siguieron manifestaciones multitudinarias violentamente reprimidas.

Putin pidió el jueves a la Unión Europea que "restablezca sus contactos" con Bielorrusia "para solucionar cuanto antes la crisis migratoria".

Sin embargo, Alemania consideró que "era hora de sacar las consecuencias" de esta crisis y reforzar las sanciones contra el gobierno bielorruso. Según Bruselas, nuevas medidas serán anunciadas la próxima semana.

Desde Berlín, la líder opositora bielorrusa Svetlana Tijanóvskaya aseguró que la amenaza de cortar el gas de Lukashenko no era "en serio". "Le perjudicaría más a él y a Bielorrusia que a la Unión Europea", dijo a la AFP.

Ayuda humanitaria

Con una dura política frente a la migración, el primer ministro polaco Mateusz Morawiecki, que acusó a Putin de "orquestar" la crisis, aseguró que su país era víctima de una "guerra de un tipo desconocido", en la que los civiles son usados como "municiones".

Las autoridades polacas afirman además que las fuerzas de seguridad bielorrusas disparan al aire para obligar a los migrantes a avanzar.

Las autoridades bielorrusas aseguran que son los guardias fronterizos polacos los que violan las leyes internacionales al obligar violentamente a los migrantes a retroceder.

Mientras tanto, numerosos migrantes, entre ellos mujeres y niños, se encuentran bloqueados en estos bosques.

Según el portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), el jueves pudo entregárseles una "ayuda humanitaria de emergencia" como mantas, ropa de invierno y pañales para los niños.

Lituania, que también ve cómo los migrantes comienzan a llegar a su frontera con Bielorrusia, pidió crear un "corredor humanitario" para evacuar a los migrantes hacia la ciudad bielorrusa de Grodno, con aeropuerto, y llevarlos a "sus casas".

Ucrania, también limítrofe con Bielorrusia, anunció el jueves que desplegará miles de guardias en la frontera.

Según el diario polaco Gazeta Wyborcza, 10 migrantes han muerto en la zona desde el inicio de la crisis.

En alerta

Polonia desplegó 15,000 militares en la frontera, colocó una alambrada y aprobó la construcción de un muro.

El jueves, las autoridades del país dieron cuenta de 468 intentos de atravesar la frontera en las últimas horas, incluido un grupo de 150 personas.

Esta crisis lleva semanas gestándose. Desde agosto, Polonia registró 32,000 intentos de entrar ilegalmente en su territorio, 17,000 de ellos en octubre.

En Sokolka, ciudad polaca situada a unos 15 kilómetros de la frontera, las autoridades están en alerta y detienen vehículos para verificar que no transportan migrantes, comprobó la AFP.

Muchos habitantes apoyan la posición firme de su gobierno. "Tengo miedo de que puedan pasar y de las consecuencias que podría traer", dijo Henryk Lenkiewicz, un jubilado de 67 años.

Otros, como la activista Anna Chmielewska, tratan de ayudar a los migrantes que consiguieron pasar. "Están cada vez más cansados y tienen cada vez menos esperanzas de éxito", dijo.

kg

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