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Turquía convertirá la basílica de Santa Sofia en mezquita
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, anunció el viernes la apertura de la antigua basílica de Santa Sofía en Estambul al culto musulmán después de que un tribunal anulara su condición de museo, abriendo así el camino a su transformación en mezquita.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, anunció el viernes la apertura de la antigua basílica de Santa Sofía en Estambul al culto musulmán después de que un tribunal anulara su condición de museo, abriendo así el camino a su transformación en mezquita.
"Se ha decidido que Santa Sofía será colocada bajo la 'administración de Diyanet' [Autoridad de Asuntos Religiosos] y será reabierta a las oraciones", anunció Erdogan en un comunicado en Twitter.
La iglesia ortodoxa rusa lamentó que la "preocupación" de "millones de cristianos" no haya sido escuchada por la justicia turca.
A su vez, Grecia consideró que esta decisión constituye "una abierta provocación al mundo civilizado".
"El nacionalismo demostrado por Erdogan retrotrae al país seis siglos atrás" aseguró la ministra griega de Cultura, Lina Mendone, en un comunicado.
El Consejo de Estado, el más alto tribunal administrativo de Turquía, accedió el viernes a la petición de varias asociaciones y revocó la decisión gubernamental de 1934, que confería a Santa Sofía el estatuto de museo.
La Corte explicó que en las actas de propiedad a nombre de la Fundación Mehmet Fatih, que lleva el nombre del sultán otomano que conquistó Constantinopla en el siglo XV, Santa Sofía estaba inscrita como mezquita y que esta calificación no podía ser modificada.
Erdogan debía dirigirse al país este mismo viernes.
Santa Sofía, una importante obra arquitectónica construida en el siglo VI en tiempos de los bizantinos, era el lugar donde se coronaba a sus emperadores.
La antigua basílica forma parte del Patrimonio Mundial de la Unesco y es una de las principales atracciones turísticas de Estambul con 3,8 millones de visitantes en 2019.
Convertida en mezquita tras la toma de Constantinopla por los otomanos en 1453, fue transformada en museo en 1934 por el dirigente de la joven República turca, Mustafa Kemal Atatürk, que deseaba "ofrecerla a la humanidad".
Sin embargo, su estatuto ha sido objeto de polémica y desde 2005 varias asociaciones reclamaban ante la justicia un retorno al estatuto de mezquita.
- "Preocupación" de la Unesco -
Además de Rusia y Grecia, que siguen de cerca la suerte del patrimonio bizantino de Turquía, Estados Unidos y Francia también rechazan la transformación de Santa Sofía en un lugar de culto musulmán.
"Hacer acusaciones contra nuestro país respecto a Santa Sofía equivale a atacar directamente nuestra soberanía", dijo Erdogan el 3 de julio.
Poco antes del anuncio de la decisión, la Unesco se mostró "preocupada" por la suerte de la antigua basílica y llamó a Turquía al diálogo antes de tomar cualquier medida que "afecte" el "valor universal" de este monumento del Patrimonio Mundial.
Erdogan, un nostálgico del Imperio Otomano que busca ganarse el electorado conservador en medio de la crisis económica causada por la pandemia del nuevo coronavirus y un contexto regional difícil, se mostró en varias ocasiones favorable a convertir a Santa Sofía de nuevo en mezquita.
El año pasado había calificado su transformación en museo de "gran error".
"Santa Sofía es probablemente el símbolo más visible del pasado otomano de Turquía y Erdogan lo instrumentaliza para enardecer a su base y molestar a sus rivales interiores o del extranjero", afirma Anthony Skinner, de la consultora Verisk Maplecroft.
Desde la llegada de Erdogan al poder en 2003, las actividades ligadas al islam se incrementaron en Santa Sofía, con sesiones de lectura del Corán u oraciones colectivas en el atrio del monumento.
La reconversión de Santa Sofía en mezquita no debería impedir visitarla a los turistas de todas las confesiones y orígenes.