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Fed comienza a retirar respiración asistida a la economía

Solo el presidente de la Fed de Boston identificó que la tasa de desempleo sigue siendo demasiado alta y que el ritmo de inflación, del 1.2 % anual está muy por debajo de la tasa considerada adecuada.

Siete meses han pasado desde que Ben Bernanke (presidente actual de la Reserva Federal) insinuara la posibilidad de poner fin a las medidas de estímulo económico.Después de semanas de rumores, los miembros del banco central estadounidense han acordado la primera de las iniciativas encaminadas a endurecer la política monetaria.

A partir del próximo mes se reducirá el programa de adquisición de activos en 10,000 millones de dólares. Así, y de acuerdo a lo pactado por los miembros del Comité de Mercados Abierto (FOMC),en enero la Reserva Federal (Fed) adquirirá 35,000 millones de dólares en cédulas hipotecarias, frente a los 40,000 millones actuales, y 40,000 millones de dólares en bonos frente a los 45,000 millones de ahora. En total, la Reserva Federal pasará de comprar 85,000 millones (62,000 millones de euros) a hacerse con 75,000 millones de dólares en deuda.

Solo uno de los miembros de la Fed votó en contra de la medida. El presidente del Banco de la Reserva Federal de Boston, Eric Rosengren, señaló que la tasa de desempleo sigue siendo demasiado alta y que el ritmo de inflación, del 1.2 % anual está muy por debajo de la tasa considerada adecuada por la Reserva Federal.

Wall Street, que en los últimos meses reaccionaba con descensos ante la mejora de los datos macroeconómicos, recibió la noticia con subidas superiores al 1.5%, permitiendo al Dow Jones recuperar los 16,000 puntos y al S&P anotarse un nuevo máximo. Estos ascensos evidencian que la retirada de los estímulos significa en última instancia que la economía estadounidense se recupera con fuerza.A ello hay que sumar lo que muchos analistas ya señalaban, es decir, que el mercado había descontado este escenario. Por su parte, la rentabilidad del bono a diez años repuntó desde el 2.83% del martes al 2.88 por ciento.

La decisión adoptada por la Fed confirma lo que ya anunció hace una semana el presidente de la Reserva Federal de San Luis, James Bullard, quien afirmó en una de sus intervenciones que la retirada gradual de los estímulos era una opción que se ha incrementado tras los últimos datos del mercado laboral estadounidense. En noviembre, la tasa de paro cayó al 7 por ciento.

Tasa de paro

La decisión adoptada este miércoles contradice el escenario que barajaban la mayoría de los analistas, los cuales coincidían en señalar la baja inflación como uno de los argumentos que permitirían prolongar unos meses las medidas de estímulo.

Junto a la inflación la otra variable que justificaba el retraso del tapering era la evolución del mercado laboral. Aunque en octubre y noviembre se crearon 200,000 y 203,000 nuevos empleos, el panorama es más débil de lo que el mercado descuenta, tal y como señalan Bankinter yGero Jung, economista jefe de Mirabaud.Este último advierte además de que la caída de la tasa de paro es un poco ficticia pues se debe en parte al descenso en un 3% de la población activa, en su mayoría personas desmotivadas que han dejado de buscar trabajo. En el momento en que la situación mejore volverán a la búsqueda activa de empleo y el paro subirá , señala Jung.

Aunque existían razones que apoyaban la continuidad de los estímulos, también hay otras que sustentan la reducción del volumen de adquisición de deuda, fijado en los 85,000 millones de dólares mensuales.

Daniel Pingarrón, analista de IG Markets, apunta a la expansión del balance de la Fed como el inconveniente más objetivo que tiene la política de compras .De acuerdo a lo indicado por el experto, este se ha multiplicado por 4.5 veces durante la crisis .El segundo problema que identifica Pingarrón es el peligro de formación de burbujas en el mercado de deuda, algo que ya se ha encargado de desmentir la futura presidenta del banco central estadounidense, Janet Yellen, en una intervención en el Senado.

El otro pilar que soportaba el tapering era la solidez del crecimiento de la economía americana.En el tercer trimestre el PIB estadounidense superó todas las expectativas y se situó en el 3.6 por ciento. En referencia a este aspecto la Fed mejoró su proyección de PIB para este año. Según sus estimaciones, la economía estadounidense crecerá entre un 2.2% y un 2.3%, frente al 2% que calculó en septiembre.

fondos@eleconomista.com.mx

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