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Fondos arrancan con el pie derecho, prevén un buen año

La industria de gestión de fondos en España está viviendo un momento muy dulce, con fuertes crecimientos tanto en los volúmenes bajo gestión, como en el numero de partícipes.

Tan sólo en el ejercicio 2014, los fondos de inversión en España produjeron un incremento de 41,000 millones de euros (669,597 millones de pesos mexicanos), alcanzando los 194,844 millones (3.18 billones de pesos) a finales de diciembre, cifra que ha sido ampliamente superada con otro incremento de más de 12,000 millones (195,979 millones de pesos mexicanos) en los dos primeros meses de 2015.

Igualmente ha ocurrido en lo referente al número de partícipes, que según los datos de Inverco, han pasado de 5.1 millones de partícipes a finales de 2013 a una cifra récord de 6.5 millones de inversionistas en fondos a finales de 2014.

Estas altas tasas de crecimiento, cercanas al 30% en tasa interanual, son un hecho del que se pueden alegrar por muchas razones, pero principalmente porque se acercan a las estadísticas de otros países de entorno, donde los fondos de inversión siempre han jugado un papel principal en la economía.

Un papel principal, no sólo como mejor vehículo para canalizar el ahorro de las familias españolas hacia la inversión productiva de una manera eficiente, sino también como el mejor vehículo posible para el ahorro a largo plazo, dadas sus mayores capacidades de capitalizar la evolución de los mercados en el medio y largo plazo, con rentabilidades medias superiores a los simples depósitos bancarios, o activos de renta fija a corto plazo.

Pero si bien es un motivo de alegría, se debe tener mucho cuidado y no caer en la complacencia, puesto que es mucho lo que queda todavía por hacer en términos de adaptación a una regulación más exigente, en reducción de comisiones de gestión, y en el desarrollo de nuevos productos mas competitivos, y estar así en mejores condiciones de competir con productos domiciliados en otras jurisdicciones.

También estas cifras deberían ser un motivo de enorme presión y responsabilidad para todos los proveedores en la industria nacional, puesto que no deberían defraudar la confianza y las expectativas que los partícipes han puesto en estos productos, y deberían ser capaces de ofrecer unos retornos asimilables al resto de competidores en el mercado nacional u otras gestoras internacionales.

Independencia, profesionalidad y excelencia son los valores que han guiado en su crecimiento a los grandes jugadores internacionales en gestión de activos, y son estos mismos valores los que deben ser exigidos a todos y cada uno de los miembros de nuestra industria, para un crecimiento continuo y saludable. Independencia para evitar el conflicto de intereses que pueda surgir dentro de diferentes áreas en grandes grupos financieros, y estar en condiciones de ofrecer el mejor asesoramiento y el mejor producto al cliente.

Profesionalidad para dotarse de los recursos y perfiles necesarios para conseguir los objetivos demandados, y por último, excelencia en la fijación de objetivos y en la mejora constante de los productos y servicios que se ofrecen a los inversionistas. Esperemos que en los próximos años seamos capaces de no defraudar las enormes expectativas de los partícipes, obteniendo altas tasas de crecimiento en todos estos nuevos valores que deben guiar los esfuerzos de nuestra industria. Sólo entonces se podrá, además de celebrar con alegría el aumento de la cantidad de activos bajo gestión, también vanagloriarse de los objetivos alcanzados, en términos de calidad.

Contenido de la Red Iberoamericana de Prensa Económica

fondos@eleconomista.com.mx

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