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La otra guerra mantiene la volatilidad a tope
Existe la guerra que se pelea con misiles y bombas, la que hemos visto desde hace varios días en la franja de Gaza, donde los muertos y los heridos se cuentan por miles, pero también existe la otra guerra, la que se pelea en el terreno de lo económico, la que afecta el crecimiento y que afecta a millones de personas.
Existe la guerra que se pelea con misiles y bombas, la que hemos visto desde hace varios días en la franja de Gaza, donde los muertos y los heridos se cuentan por miles, pero también existe la otra guerra, la que se pelea en el terreno de lo económico, la que afecta el crecimiento y que afecta a millones de personas.
La otra guerra es la que se está peleando hoy entre Rusia, Europa y Estados Unidos.
Y es que sin duda la semana pasada estalló la guerra, en el momento en que, tras varias semanas de sanciones comerciales impuestas por el bloque occidental a Rusia, ésta nación decidió contraatacar prohibiendo las importaciones provenientes de Estados Unidos y Europa a su país.
Tras lo anterior, no se hicieron esperar las reacciones, y el gobierno estadounidense respondió estar listo para emitir más sanciones en contra de la Federación Rusa, lo que podría significar un escalamiento de las hostilidades económicas y comerciales entre ambas naciones.
Por su parte, Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo declaró que las sanciones impuestas por ambos países constituyen un riesgo para la débil recuperación económica de la eurozona, lo que activó las alarmas en los mercados y generó el famoso fly to quality o dicho en idioma humano, el que los inversionistas busquen refugio ante la volatilidad en activos más seguros.
A todo esto hay que sumarle los conflictos de Medio Oriente, entre Gaza e Israel, pero también los ataques aéreos norteamericanos en Irak. Sin duda hay muchos frentes abiertos.
EL PARTE DE GUERRA
El impacto que ha tenido la otra Guerra en los mercados ha sido una fuerte volatilidad que se ha sentido en todo el planeta.
Para empezar, el dólar norteamericano se ha fortalecido frente a las principales divisas y el bono a 10 años se ha visto presionado a la baja por la fuerte demanda de inversionistas que buscan un refugio seguro para sus dineros.
El Oro, o índice del miedo, avanzó en su contrato cercano 1.37% la semana pasada, para ubicarse en 1,310.90 dólares/onza, mientras que el precio del petróleo tuvo un ligero repunte semanal de 0.47% en el caso del WTI, al cerrar en 97.65 dólares/barril, como consecuencia de los ataques norteamericanos en Irak, a pesar de la sobreoferta existente en los mercados europeo y estadounidense y a los temores sobre el débil crecimiento económico a nivel mundial, que generaron que la semana antepasada el precio del WTI cayera 4.1% y el Brent 3.3 por ciento.
Por su parte, las políticas monetarias laxas de los principales bancos centrales han generado una burbuja en los mercados accionarios, que ante la fuerte incertidumbre, ha comenzado a desinflarse.
Y como siempre, lo inexplicable. Mientras más datos positivos se emiten en la Unión Americana, contrario a lo que se esperaría como reacción en los mercados, éstos bajan ante el temor de que la Fed pudiera adelantar el momento para empezar a subir su tasa de referencia.
Sin embargo, lo que se sabe hasta este momento es que el programa de inyección de liquidez (QE3) terminara en el mes de octubre de este año, y no sería hasta mediados del próximo en el que la Fed podría empezar a subir la tasa.
Honestamente, yo veo difícil que se pudiesen adelantar los tiempos, ya que aún quedan muchos obstáculos que sortear antes de poder confirmar con certeza que la economía más grande del mundo va en franco crecimiento.
En México se espera que se promulguen las leyes secundarias de la Reforma energética, lo que sin duda debería de ser bien visto por los inversionistas; sin embargo, el tipo de cambio, las tasas y las acciones no lo han reflejado.
México se ve afectado también por La otra guerra.
Hoy hay más preguntas que respuestas, y el único blindaje frente a esta Guerra se llama coberturas!