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AMLO, el mensaje
En su mensaje a propósito del tercer informe de gobierno, López Obrador presumió que frenó en seco la privatización.
En su mensaje a propósito del tercer informe de gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador presumió que frenó en seco la privatización.
En particular, enalteció su decisión de detener las privatizaciones en el sector energético, en petróleo y electricidad.
Y anunció que continuará con su embate a la apertura del sector energético del país. Este mismo mes enviará al Congreso una iniciativa de ley para reformar la ley eléctrica.
Lo que implica que buscará llevar adelante la contrarreforma eléctrica que hasta ahora se ha visto obstaculizada por los múltiples amparos que han interpuesto los afectados.
En general, el Presidente de la República reiteró su rechazo a la política de privatización que llevaron adelante los gobiernos anteriores.
Dijo que su gobierno dejó de entregar concesiones a particulares en minas, agua, hospitales, puertos vías férreas, playas, reclusorios y obras públicas; pero, lo más importante -subrayó-, se han detenido las privatizaciones en el sector energético, en petróleo y electricidad.
Abiertamente el Jefe de la Nación habló de la nueva política energética basada en el fortalecimiento de Pemex y la Comisión Federal de Electricidad.
No es nuevo, pero en el contexto del inicio de la segunda mitad de gobierno, deja ver que acelerará los cambios que considera necesarios para hacer realidad no sólo el freno a la privatización sino el regreso y consolidación de las dos más importantes empresas energéticas del país como entidades monopólicas.
El espíritu de la política energética del gobierno lópezobradorista, lo ha dicho sin ambages, es nacionalista.
Y ello implica acotar la participación de empresas privadas nacionales y extranjeras. Y también significa la aplicación de un presupuesto creciente a ese propósito, a pesar de las advertencias de las agencias calificadoras que prevén serios riesgos en el modelo de refinación y producción de gasolina.
Luego de un recuento de las inversiones por 33,581 millones de pesos que se han realizado para modernizar las seis refinerías existentes, el aumento en el volumen de procesamiento que han logrado; la construcción de la coquizadora de Tula, Hidalgo y los avances en la construcción de la refinería de Dos Bocas, destacó la compra de la refinería de Deer Park.
La intención, dijo, es producir en México las gasolinas que el país consume y dejar de importarlas y no extraer más petróleo que el indispensable para cubrir la demanda de combustibles del mercado interno.
Luego vino el anuncio. Dijo que enviará al Congreso una iniciativa de reforma constitucional de la ley de la Industria Eléctrica que “permitirá reparar el grave daño que causó la privatización al sector privado y a la economía popular”.
Aseveró que mientras el mercado de esta industria se abrió para dar preferencia a empresas particulares, nacionales y sobre todo extranjeras con la entrega de subsidios, entre otras prebendas, las plantas de la Comisión Federal de Electricidad fueron completamente abandonadas.
En general, en torno al tema energético, el mensaje es que viene la batalla final para imponer la contrarreforma. Las advertencias en torno a este radical cambio han sido muchas. La más grave es la potencial pérdida del grado de inversión para México.
La debilidad financiera de Pemex es el principal riesgo para las finanzas públicas.
El propósito de llevar a cabo una reforma constitucional como la que anunció, es incierto dada la nueva conformación de las fuerzas políticas en el Congreso.
Pero la intención presidencial es clara y su persistencia está fuera de duda. Sin exageraciones, el destino de México depende de que se concrete o no la contrarreforma energética. Y si no, al tiempo.
Atisbos
OUTSOURCING.- Con el registro de 65,000 empresas de servicios especializados, entraron en vigor ayer las nuevas reglas del outsourcing. Viene una nueva etapa en la vida laboral de México en la que la simulación está penada con cárcel.