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Cofepris, sótanos de corrupción
El 30 de septiembre de 2021, elementos de la Marina Armada de México entraron a las instalaciones de la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
Ese día se registró un fuerte y ostentoso operativo para preservar la seguridad perimetral de las instalaciones de la agencia regulatoria y de todos y cada uno de los pisos del edificio que ocupa.
La explicación oficial entonces fue que el operativo era solo para reforzar la seguridad física.
Ayer, durante la conferencia mañanera en Palacio Nacional, el titular de Cofepris, Alejandro Svarch, anunció que esa institución despidió a 32 funcionarios por corrupción y que la identificación de esa red se realizó en colaboración con la Unidad de Inteligencia Naval de la Secretaría de Marina.
Dijo que se había removido a los funcionarios que ocupaban desde la titularidad de unidades administrativas, hasta dictaminadores y verificadores, cuyo único propósito era enriquecerse a costa del gobierno y en detrimento de la salud de las y los mexicanos.
También informó que el nuevo personal fue seleccionado mediante estrictas pruebas y exámenes de confianza en la Unidad de Inteligencia Naval y se colocó en posiciones estratégicas personal de la Secretaría de Marina, además de que se creó el Centro de Inteligencia Contra Riesgos Sanitarios, con el propósito de dotar de una visión de seguridad nacional al trabajo de la Cofepris. No dijo más al respecto. En cambio utilizó un lenguaje alegórico para describir la corrupción que se arraigó en esa institución desde hace 20 años.
Habló de los sótanos de la corrupción: 1.- El manejo discrecional de las solicitudes de las empresas, en un oscuro archivo; 2.- Una vigilancia basada en la extorsión; 3.- La operación directa de la corrupción.
Con éstos “sótanos” de la corrupción –subrayó– se permitió la creación de monopolios farmacéuticos artificiales, el acceso a medicamentos a la venta del mejor postor; los despachos de gestoría o coyotaje; la extorsión a miles de empresas y empresarios, bajo la amenaza de clausura y; la instalación de grupos de interés que manejaban los hilos del comercio exterior y de la industria farmacéutica.
No hubo acusaciones ni señalamientos concretos en contra de la industria. Por el contrario, Svarch reconoció que la industria regulada, se caracteriza por su honestidad, transparencia y honradez.
Dijo que hay cámaras y empresas que están del lado de la Cofepris porque están convencidas de que México puede tener una agencia regulatoria de primer nivel sin prácticas corruptas y con transparencia, que permita el florecimiento de las actividades económicas generadoras de empleos para todas y todos.
Lo que no dijo, fue lo que en otro momento y en otro foro, reveló el secretario de Salud, Jorge Alcocer.
El 15 de octubre, durante su comparecencia en el Senado de la República (por la glosa del Tercer Informe de Gobierno) explicó que la participación (se negó a utilizar el término ocupación) de la Secretaría de Marina, en Cofepris, se debió a la expedición discrecional de los permisos de importación de precursores químicos; había corrupción y fue necesario remover funcionarios.
Marina, dijo el funcionario, fue llamado a dar su opinión, no a invadir; porque esto cae en el ámbito de químicos que tienen mucha importancia en todas las aduanas y en todas las playas del país.
Extraoficialmente se supo por aquellos días que se habría despedido a personal de Cofepris en las áreas relacionadas con medicamentos controlados y regulación de estupefacientes.
El responsable de la política de salud en México no lo mencionó pero días antes, Cofepris anunció varios cambios en su organigrama, algunos de ellos con relevos civiles y otros marinos.
Es positivo que el gobierno mexicano investigue a profundidad y sancione a los responsables de prácticas irregulares en todos los niveles.
Llama la atención el tamaño del riesgo para la seguridad nacional que debieron haber diagnosticado, para llamar y apoyarse con la Marina.
Podría criticarse la militarización de la agencia sanitaria, pero en todo caso sería el menos malo de los temas, si como lo reveló Alcocer, Cofepris se había convertido en fuente de expedición discrecional de permisos de importación de precursores químicos. Al tiempo.