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Después del 2 de junio
Sin objetar la victoria aplastante de Claudia Sheinbaum en las urnas, el frente opositor impugnará los comicios federales por la inequidad de la contienda. Los resultado preliminares, confirmados por el recuento de los votos, son la resultante —a juicio de las dirigencias nacionales del PAN y del PRI— de una elección de Estado, que buscarán anular ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial.
Al cierre del cómputo de los votos emitidos el 2 de junio, Morena obtuvo 40.084% y el PAN, 16.89 por ciento. La disputa por el tercer lugar quedó resuelta a favor del PRI por apenas 0.21% de diferencia, frente a Movimiento Ciudadano.
La campaña de Jorge Álvarez Máynez impulsó a la formación naranja, que de acuerdo con los cálculos preliminares obtendría 26 curules y cuatro escaños, todos de representación proporcional. El PRI colocaría 34 diputados y 16 senadores, por lo que reclamará ser la tercera fuerza, tanto en el sistema partidista como en el espectro legislativo.
La coalición conformada por Morena, PT y PVEM acumuló 55% de 60.4 millones de votos emitidos hace ocho días, pero reclamará 74% de las curules en San Lázaro y 65% escaños en la Cámara Alta. La súper mayoría garantiza concretar el llamado “plan C” en algún momento de la LXVI Legislatura del Congreso de la Unión, que iniciará sus trabajos en septiembre próximo.
En la pasada jornada electoral, acudió 61.04% de la población en el listado nominal. En el 2018, la participación fue de 63.2% y en el 2012, de 62.7% del electorado.
El abstencionismo, en los niveles históricos. ¿Y los votos nulos? El INE contabilizó un millón 400,144, que representan 2.32% de la votación general y fueron más que los oficialmente reconocidos para el PRD: un millón 121,020 votos.
La baja participación, pero sobre todo las estrategias gubernamentales para inhibir a los simpatizantes de la oposición están entre las determinantes del triunfo de Claudia Sheinbaum.
La elección presidencial nunca estuvo cerrada. Como hace seis años, la propuesta frentista no resultó atractiva para los votantes antiAMLO y así lo comprobaría que los partidos obtuvieron más votos que la candidata “ciudadana”.
Suponer que si la gente salía a votar masivamente, estaba garantizada la derrota del oficialismo no sólo resultó un sofisma, sino una narrativa nociva. Ni la inseguridad ni la corrupción fueron los drivers de esta elección. Los candidatos redujeron el debate a las descalificaciones personales y morales y traspasaron las líneas de la privacidad.
Efectos secundarios
EMPLAZAMIENTOS. Luis Donaldo Colosio llegaría al Senado de la República. Tras del recuento, el exalcalde de Monterrey recibió la constancia que lo acredita como senador electo, por primera minoría, de Nuevo León. El PRI ya alista la impugnación, pues reclama esa posición para la exdiputada Karina Marlen Barrón Perales, al haber obtenido más votos.
RESURGIMIENTOS. El exgobernador priista, Alejandro Murat, ya trabaja para la causa de Claudia Sheinbaum. Y con un encargo muy concreto: la promoción del Corredor Interoceánico entre inversionistas estadounidenses. Entre los cuadros morenistas hay preocupación por las implicaciones de ese ascenso, pues llevaría a Vicente Mendoza Téllez-Girón, exsecretario de Finanzas de Oaxaca y actual asesor de la gobernadora quintanarroense, Mara Lezama, al equipo de transición.