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El camino al infierno está empedrado de buenas intenciones
Aunque muchos no coinciden conmigo, yo creo en las buenas intenciones de López Obrador para transformar el país. Es cierto que para lograr sus fines es capaz de falsificar su residencia, pasar por encima de la Constitución y las leyes o mentir y denostar al que se le ponga en su camino.
Está convencido de que lo que llama su Cuarta Transformación está cambiando a México y está ciego para ver con objetividad los resultados reales de su gobierno después de casi cuatro años.
Piensa que lo que ha faltado es tiempo para que se vean resultados de sus programas y estrategias debido a la pandemia o la guerra entre Rusia y Ucrania, por lo que a la hora de decidir quién va a sucederlo, el principal factor a tomar en cuenta será a favor de quien le asegure la continuidad de su gobierno y sus programas.
Pase lo que pase en estos dos años, la 4T es ya un fracaso y este sexenio es ya uno perdido. Su principal fracaso es en seguridad pública, por muchos decretos que saque, los resultados de haber militarizado la Guardia Nacional han sido pésimos. La militarización no es de ahora, viene de los últimos 16 años y no ha habido en todo este tiempo resultados positivos de la intervención abierta del Ejército y la Marina en seguridad.
Los soldados y los marinos no están capacitados para realizar funciones de policías, no tienen la preparación ni la personalidad para interactuar con la ciudadanía y los gobiernos locales.
Su fracaso en el combate a la pobreza es también producto de una estrategia equivocada. Los programas sociales son indispensables para subsidiar la pobreza, pero no sirven para sacar a la gente de ese estado. Igual que en el caso de la seguridad, la política social del gobierno desde hace muchos años se ha enfocado en subsidiar a las familias, pero se ha olvidado de promover el empleo y ofrecer oportunidades de desarrollo.
Mientas que la economía no crezca a un ritmo mucho mayor que el de los últimos 40 años, seguiremos hablando de pobreza por otros 40 más. La falta de crecimiento económico y del empleo es el principal problema, no se ha podido resolver por falta de inversión pública y privada que detone el crecimiento económico o las oportunidades. En nuestro país, el que nace pobre lo más seguro es que morirá pobre si no logramos un crecimiento económico mucho más acelerado.
En el caso de la corrupción, que fue uno de sus principales compromisos de campaña, el resultado ha sido también un fracaso. Yo creo que López Obrador es un hombre honrado, pero pretender combatirla con discursos y amenazas nunca van a dar resultados. La corrupción en el gobierno sigue igual o peor y la tolerancia a que se viole la ley en las adquisiciones y concursos del gobierno lo único que ha provocado es más corrupción.
Así podríamos seguir analizando los resultados en salud, educación, agricultura, medio ambiente, etcétera., en todos los resultados no son buenos. Por eso lo peor que le puede pasar al país es que haya continuidad en el gobierno y las políticas de López Obrador, ya que estaríamos condenando a México a otros seis años de fracasos, a pesar de las buenas intenciones.