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El paso a paso para empezara invertir (XIII)
(Parte 13)
La semana pasada hablé de ETFs, instrumentos que deberían ser muy sencillos de entender pero que han generado varias dudas. Por ejemplo: alguien en twitter me preguntó si los ETFs son los mismos que tenía Allianz en sus fondos estructurados que se desplomaron y que tuvieron pérdidas millonarias.
Nada que ver. Los productos referidos de Allianz Global Investors US LLC, que se llamaban “Structured Alpha Funds”, eran fondos de inversión de manejo activo para inversionistas privados (de gran patrimonio). Son conocidos como hedge funds. Entre sus estrategias se supone que debían emplear coberturas (a través de opciones) para proteger los activos del portafolio ante caídas severas del mercado.
El problema en ese caso es que los manejadores del fondo fallaron repetidamente en comprar dichas coberturas. Pero además inflaron los resultados del fondo, ya que su compensación dependía directamente del desempeño. Por esa razón, esos manejadores fueron acusados de fraude, además de que la empresa tuvo que pagar más de 6 billones de dólares entre compensaciones y multas.
Los ETFs por lo general son productos de gestión pasiva que normalmente buscan replicar un índice. Tienen un costo muy bajo porque a diferencia de los fondos activos, no necesitan pagar a gestores profesionales. Su portafolio no cambia con frecuencia, sólo hacen compras o ventas de activos cuando sea necesario para mantenerse lo más apegado posible a su índice de referencia y todo está altamente automatizado. Por otro lado, a diferencia de los fondos de inversión, tampoco tienen que pagar costos de marketing, distribución y otros que les exige la regulación (por eso en México los fondos de inversión indexados son comparativamente muy caros).
Ahora bien, eso no significa que los ETFs no tengan riesgos asociados. Toda inversión tiene un riesgo: eso no hay que olvidarlo. Lo que sí es muy importante es comprender esos riesgos y en su caso manejarlos.
El principal riesgo de un ETF tiene que ver con los activos subyacentes en los que está invertido. Por ejemplo, un ETF que replica el S&P500 en Estados Unidos tendrá la misma volatilidad que la de dicho índice, la cual será seguramente mayor a la de un índice que replica el desempeño del mercado de bonos en Estados Unidos (como por ejemplo el Bloomberg U.S. Aggregate Bond Index).
Los ETFs que replican índices de commodities como petróleo o granos, por lo general se construyen usando futuros (no es posible hacerlo con precios spot, porque implicaría que los ETFs tuvieran que poseer físicamente el petróleo o los granos). Usar contratos de futuros puede generar otro tipo de riesgos, como el contango, que se da cuando el precio de los futuros es superior al precio spot.
Además, existen ETFs apalancados o inversos, que tienen otros riesgos y que están fuera del alcance de esta serie (son usados más para especular, no para un portafolio de largo plazo).
Ahora bien, hay otros riesgos asociados con los ETFs que vale la pena conocer, por ejemplo:
1. Falta de liquidez. Eso significa facilidad de comprar y vender un instrumento (en este caso un ETF). Esto es de particular importancia en México, ya que no todos los productos listados a través del Sistema Internacional de Cotizaciones o Mercado Global BMV realmente operan con frecuencia en nuestro país (aún cuando en su mercado de origen tengan una gran liquidez). Tenemos que preferir aquellos que tengan un buen volumen de operación local.
2. Desviaciones de precio respecto al valor neto de sus activos (Net Asset Value o NAV). Esto significa pagar el precio justo. Recordemos que un ETF se puede comprar como si fuera una acción y su precio cambia constantemente, lo que significa que en alguna rara ocasión el precio al que se cotiza podría tener desviaciones respecto de su valor real. Si un ETF tiene buena liquidez en el mercado origen, este riesgo es mínimo, no ocurre con frecuencia y si sucede, tiende a corregirse rápidamente, ya que el precio correcto (basado en el NAV) se puede conocer en cualquier momento. Pero debemos saber que puede ocurrir.