Lectura 6:00 min
En VIH y hepatitis C nos quedamos a medias
En esta administración ha habido decisiones en salud acertadas, plausibles y que deberían tener enormes resultados, pero no los logran porque se quedan a medias.
Ahí está el caso de grandes compras multianuales de tratamientos para VIH y para hepatitis C que las autoridades presumieron en 2019; Compraron lo mejor y para todos. Aún le tocó hacerlas a la ahora secretaria de Economía, Raquel Buenrostro -cuando era oficial mayor de Hacienda.
Con eso México se equiparó a países de Europa o Norteamérica con los mejores esquemas de atención en ese segmento. El problema es que no hay planes de detección y, de pilón, retiraron los apoyos a las organizaciones de la sociedad civil (OSC), que hacían el trabajo más complejo llegando a los segmentos más vulnerables, superando el estigma y detectando casos de VIH por todo el país.
Ahora, el Gobierno no quiere adquirir la vacuna contra la viruela símica y estamos quedando como el único de América Latina que está dejando desprotegida a esa misma población en la que en 2019 invirtió con los mejores tratamientos, principalmente hombres que tienen sexo con hombres y trabajador@s sexuales.
Como nos dice el economista de la salud Javier Picó, de la consultora Life Sciences Consulting -que entrevistamos en el marco de la Cumbre en Virología a la cual asistimos el fin de semana en Mérida, Yucatán-, al no adquirir la vacuna el país se arriesga a pagar un costo elevado hacia adelante. Cualquier vacuna es la mejor inversión en salud que se puede dar. Es la intervención más costo-efectiva, es un gasto relativamente menor frente a cualquier tratamiento con que se compare. Frente un antirretroviral, el costo comparativo de una vacuna es de 1 a 30, ello sin considerar el ahorro y beneficio de mantener con salud a personas en edad productiva y para toda la sociedad por cortar la cadena de transmisión.
Teniendo los mejores tratamientos disponibles, gran calidad de médicos, el diagnóstico gratuito y unidades de salud especializados (capasits), no se puede entender cómo es que México -por no invertir un poco más- incurre en una falta de tal tamaño. De hecho, es un retroceso en los derechos que los colectivos de este segmento llevan persiguiendo por muchos años y que han logrado.
Con hepatitis C sucede algo parecido. El país invirtió muy bien en comprar el tratamiento innovador que remite la enfermedad en 3 meses en el 98% de los casos. Eso significa ya la cura.
Dada la disponibilidad de tratamientos, la hepatitis C en México ya podría estar erradicada, pero ¿qué pasa? El problema es la baja tasa de diagnóstico. Si se montaran campañas masivas para que la gente se haga la prueba, detecciones en lugares donde hay población de riesgo, seguro esta administración ya estaría cerca de la erradicación, pero no; no se ve claro.
La incidencia de hepatitis C en México se estima en 3 por cada mil, pero los diagnosticados apenas son 10%. Significa que hay como 600,000 personas contagiadas pero la gran mayoría no lo sabe. No sirve de mucho tener la cura disponible, si 9 de cada 10 mexicanos que viven con el virus van a ser detectados tardíamente cuando su daño será mayor. Y un costo a futuro más alto. Hoy, no debe permitirse que nadie muera de hepatitis C.
Conforme estudios de Life Sciences Consulting, si no te tratas la hepatitis C estarías gastando -dependiendo de los años porque el daño al hígado se va complicando- de 5,000 a 10,000 dólares por paciente el primer año, pero si llegas al trasplante el costo se eleva hasta cien mil dólares, es decir un promedio de 20,000 a 25,000 dólares de gastos por vivir con hepatitis C. El tratamiento por 3 meses que el gobierno autorizó, compró y administra, no llega a los 4,000 dólares. El costo-beneficio es claro, pero se concreta sólo si se trata a los pacientes. Si no, de poco sirvió haber adquirido los mejores tratamientos del mundo.
Cumbre en Virología 2022
En la Cumbre en Virología México 2022 donde tuvimos oportunidad de asistir, en la ciudad de Mérida, Yucatán, se reunieron no sólo especialistas de infectología, hepatología, salud pública y farmaeconomía, sino que coincidieron los secretarios de salud de los estados de Guanajuato, Guerrero, Colima, Oaxaca y Yucatán. Además, también se encontraron los principales representantes de las organizaciones de la sociedad civil enfocadas a VIH. El evento fue organizado por la Sociedad Mexicana de Salud Pública, la Asociación Mexicana de Infectología y Microbiología Clínica (AMIMC) y la Fundación BAI, y patrocinado por la farmacéutica Gilead Sciences México.
Importante incluir reconstrucción mamaria: Cotrema
La rehabilitación física y el acompañamiento emocional, sumado a la posibilidad de acceder a una reconstrucción mamaria como parte del tratamiento integral de este cáncer, son acciones de política pública que pueden cambiar millones de vidas, y esto solo se puede lograr garantizando su acceso en la Ley General de Salud; por ello, es vital que la Ley General de Salud y la NOM-041-SSA2-2011, contemplen este procedimiento como parte del tratamiento integral. En ello está el Consejo Técnico de Reconstrucción Mamaria (COTREMA), un grupo consultor enfocado en la promoción de políticas públicas para mejorar el acceso de los y las pacientes a este tratamiento.
Universidad Anáhuac firma convenio con UCSD
La Universidad Anáhuac firmará un convenio colaborativo con la Universidad de California en San Diego (UCSD) para fortalecer la formación académica de los profesionales de la salud mental en México especializados en temas de adicciones. Es la primera vez que una universidad del país firma un convenio así con una universidad de EEUU, y es con la quinta mejor universidad a nivel mundial en temas de psiquiatría, un renglón importante en un momento en que Voces-19 Population Council México dio a conocer que durante la pandemia jóvenes mexicanos de entre 15 y 24 años de edad incrementaron el consumo de drogas duras (15%), marihuana (17%) y alcohol (14%).
Ya van 436 médicos cubanos colocados
Conforme lo dicho por el director general del IMSS, Zoé Robledo, el pasado 13 de octubre arribaron 84 médicos cubanos para llegar a un total de 436 que ya están en el país como parte de la contratación de un total de 600 profesionales provenientes de Cuba. La distribución por estados de dichos médicos procedentes de Cuba es: Nayarit, 92; Colima, 55; Campeche, 54; Baja California Sur, 30; Zacatecas, 10; Sonora, 17; Oaxaca, 61; Veracruz, 7, y Tlaxcala, 26.