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Opinión

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¿Hacia dónde va Aeroméxico?

Planes of Mexican airline Aeromexico are pictured at Benito Juarez international airport, as the coronavirus disease (COVID-19) outbreak continues, in Mexico City, Mexico June 26, 2020. REUTERS/Henry Romero

Planes of Mexican airline Aeromexico are pictured at Benito Juarez international airport, as the coronavirus disease (COVID-19) outbreak continues, in Mexico City, Mexico June 26, 2020. REUTERS/Henry RomeroREUTERS, X90174

Las negociaciones que Aeroméxico inició con sus sindicatos para lograr las condiciones del crédito pactado con el fondo de inversión Apollo, llegaron en días pasados a un punto crítico. Después de acordar con el sindicato de Tierra y con el STIA (sobrecargos de Connect) unas condiciones, quedó pendiente el acuerdo con las asociaciones de Sobrecargos y Pilotos (ASSA y ASPA) y la fecha final, que se ha recorrido hasta el límite, es este miércoles 27 de enero, 2021. 

Ambos sindicatos han hecho esfuerzos muy importantes para cuadrar una propuesta que satisfaga los requerimientos del prestamista y que al mismo tiempo no vulnere de forma definitiva los Contratos Colectivos. Se han tenido que hacer esquemas verdaderamente innovadores para lograr una oferta que responda a las necesidades del Plan de Negocios que Aeroméxico presentó en la Corte de Nueva York, que es donde se dirime el juicio bajo las reglas del Capítulo XI de la Ley de Quiebras de los Estados Unidos, capítulo que corresponde a reestructuras donde -si no hay acuerdo- se pasa al Capitulo VII, correspondiente a liquidaciones. 

Sin embargo, una vez que la propuesta estaba cumplimentada y sólo faltaba la aceptación de la asamblea general, el secretario general de ASPA recibió una llamada de Andrés Conesa Labastida, director de Aeroméxico, para informarle que el Fondo de Inversiones, Apollo Global Management, no aceptaba las reducciones planteadas para los siguientes 4 años, sino que éstos deberían extenderse por tiempo indefinido, es decir, el contrato en sí debería reflejar los recortes de forma permanente.  

Desde luego, ASPA no aceptó la propuesta y Aeroméxico debería hacer lo propio ante el juzgado de Nueva York en donde se lleva el asunto, ya que este pretendido cambio de opinión del fondeador contraviene explícitamente lo pactado en el contrato original donde Apollo ofrece los 1,000 millones de dólares que permitirán apuntalar a la aerolínea del Caballero Aguila. 

Este cambio de señales conllevaría una sanción para el Fondo de Inversiones, siempre y cuando Aeroméxico presente en el juzgado los acuerdos firmados por los sindicatos, según los términos pactados. Ahora bien, ¿por qué a punto de llevar el acuerdo a la asamblea es cuando Aeroméxico avisa a los sindicatos que se cambian las condiciones? Tal vez porque la aerolínea pudo haber entrado en problemas con el fondo en cuestión, o porque dicho fondo decidió cambiar el criterio, pero en todo caso los sindicatos han cumplido con los requerimientos, el “default” no es de ellos. 

Debido a que, como en todo contrato, hay penalizaciones para quien incumpla, Aeroméxico debería continuar su negociación y entregar los documentos solicitados, de modo que la penalización recayera en Apollo. Esto sería lo correcto, si es que dicho fondo decidió pedir un cambio en las condiciones.    

El sábado pasado se cumplieron 62 años de la primera gesta con la que los pilotos aviadores agrupados en ASPA lograron el reconocimiento como organización sindical. En 1959 hubo tres cosas muy importantes: liderazgo, cabeza fría y una unidad que quienes se negaron a acatar tuvieron que asumir apartándose del gremio. En este enero del 2021 es tiempo de mostrar este ADN: la propuesta de ASPA es buena y cumple con lo requerido, es momento de que la aerolínea exija que Apollo cumpla con lo pactado. La ley los respalda. 

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