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Opinión

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Las dudas sobre Banxico

La salida del presidente Biden de la contienda electoral y una reducción de tasas de interés en China son eventos importantes, pero al parecer no han cambiado mucho la percepción en los mercados.

Las acciones que vimos derivadas del “Trump trade” que se acentuaron después del fallido atentado contra el candidato republicano, parecen desvanecerse ante la noticia de la sustitución de su competidor. La curva de tasas que parecía inclinarse (ante la expectativa de que Trump no alteraría el actual tamaño del déficit fiscal), ha suavizado su movimiento; lo mismo ha sucedido con la dinámica de fortalecimiento del dólar o con el impulso del sector de empresas medianas y pequeñas.

La disputa política por la presidencia de los Estados Unidos podría volverse más intensa en los siguientes meses, pero por ahora no parece cambiar las expectativas de corto plazo que tienen los inversionistas. Dentro de lo que parece ser un otoño cargado de noticias, los inversionistas asumen con mucha confianza que por fin habrá bajas en la tasa de interés de referencia de la Fed.

Los futuros de la tasa de fondos federales descuentan en un 98% que para septiembre la Fed habrá hecho un primer movimiento. La acumulación de cifras que describe una desaceleración del crecimiento y una tendencia del empleo a debilitarse, en conjunto con datos de inflación inferiores a lo esperado, consolidan esta expectativa.

En México, no podemos decir que el Banco de México lo tiene tan claro. En su último comunicado vimos a una Junta de Gobierno con una opinión dividida en donde prevaleció la prudencia en la intención de reducir la tasa de referencia. En los siguientes meses los participantes deberán tomar en cuenta que existen algunos factores que impiden accionar con total confianza un ciclo de baja de tasas.

Por una parte, la inflación general se acerca de nuevo al 5 por ciento. Si bien se trata de los efectos de factores estacionales sobre los precios de algunos productos alimenticios (algo que suele ser volátil); nada nos exenta de que en agosto y septiembre dicha tendencia cambie, en especial con el efecto de entornos climáticos adversos que podrían afectar cosechas. La inflación que excluye estos efectos volátiles (la llamada inflación subyacente), que por obvias razones es más eficaz para describir la trayectoria de inflación, ha bajado lentamente y aun se ubica por encima del rango de tolerancia alrededor del objetivo anual de 3 por ciento.

Por otro lado, se comienzan a detectar presiones sobre el tipo de cambio pesó-dólar relacionados con el abandono de apuestas que muchas corredurías hacen a través de intercambio de monedas. Tomar dinero a tasas bajas para invertirlo en lugares donde hay réditos mayores, la operación conocida con el nombre de “carry trade”, parece haber perdido impulso a raíz de recientes movimientos en monedas fuertes, especialmente el Yen japonés. En los últimos días casi todas las monedas emergentes receptoras de este tipo de inversiones sufrieron un revés. No solo el peso, también el Real brasileño e incluso el Dólar australiano.

Por último, está el tema de los factores “idiosincráticos” relacionados con el cambio de gobierno. La posibilidad de que lleguemos a septiembre con un Congreso de mayoría calificada y con el presidente López Obrador aún en funciones, genera la incertidumbre si se pudiera activar la aprobación de reformas constitucionales que claramente no agradan a los inversionistas. La posibilidad de un nuevo episodio de volatilidad en el tipo de cambio y en las tasas de largo plazo es latente.

Por último, hay una desaceleración en el crecimiento más pronunciada de lo esperado. Lejos de lo que puede contribuir a reducir presiones de precios por el lado de la demanda, un entorno de menor crecimiento también puede generar mayor incertidumbre sobre la estabilidad de las finanzas públicas hacia el siguiente año, algo que sin duda también tiene incidencias en las tasas de interés.

El balance de riesgos sobre la inflación no parece que cambie de su orientación actual que sigue siendo de alza; por su parte, el balance de riesgos sobre el crecimiento seguirá acentuándose hacia la baja. Tendría que marchar todo muy bien para que haya un convencimiento claro de que aquí pueden bajar las tasas antes de octubre. No en balde el futuro de la tasa interbancaria TIIE sigue descontando solo un movimiento en la tasa de referencia de aquí hasta diciembre. Lo que haga la Fed abre las posibilidades de que Banxico baje su tasa de referencia, pero por ahora se ve complicado.

*Rodolfo Campuzano es director de Invex Operadora de Sociedades de Inversión.

Twitter: @invexbanco

perspectivas@invex.com

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