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Los seguros de vida con inversión para jóvenes (II)
Parte 2 de 2
En la primera parte definimos lo que es un seguro y dejamos claro que los seguros de vida con inversión, la parte de “vida” es un seguro, pero el componente de “inversión” no lo es. La suma que recibiremos al final del plazo dependerá de los rendimientos que genere esa inversión, menos los gastos de administración que cobra la aseguradora.
También mencionamos que hay seguros que además de cubrir el riesgo de fallecimiento, cubren la supervivencia. En otras palabras, si no ocurre un fallecimiento, de todas formas entregan la suma asegurada garantizada al término del plazo pactado. Además hay seguros de vida entera, usualmente con pagos limitados, que también permiten al asegurado acceder a un ahorro. Estos seguros se pueden contratar en pesos indexados a la inflación (o UDIs). También se pueden contratar en dólares (aunque en este último caso no hay ninguna protección inflacionaria, algo que se debe considerar seriamente).
En todos los casos, son productos que es mejor contratar cuando somos jóvenes. El costo es mucho menor, especialmente en los productos garantizados.
Ahora bien ¿Cuál es mejor? Depende de nuestras necesidades particulares.
Muchas veces he dicho que lo primero deberíamos proteger, es nuestra propia capacidad de generar ingresos. Debemos pensar: ¿De qué voy a vivir, en caso de que ya no pueda trabajar? Estoy hablando de una invalidez total y permanente.
La manera de hacerlo es a través de un seguro de vida, que incluya esta cobertura. Aún si no tenemos dependientes económicos.
Podemos contratar un seguro de vida con inversión que nos ofrezca la cobertura que necesitemos y nos dé acceso a productos de inversión de la aseguradora.
¿Necesitamos estos productos de inversión? ¿Son mejores que otras opciones?
La respuesta contundentemente es no. Para empezar, las opciones son limitadas y los costos de administración elevados (muchas veces incluso poco transparentes, porque se encuentran en la nota técnica del producto, pero en ocasiones no se especifican en la póliza).
Quiero ser claro; el seguro de vida sí. Las aseguradoras son expertas en cubrir riesgos. Para invertir, hay alternativas mucho mejores y que conllevan un costo menor.
En mi serie de artículos “El paso a paso para empezar a invertir” publicados en este espacio, demostré cómo las comisiones se pueden “comer” hasta la tercera parte del valor final de nuestra inversión. También hablé ampliamente de cómo 90% de los fondos de gestión activa no le ganan a su respectivo benchmark de manera consistente.
Hoy en México cualquier persona tiene acceso a invertir en productos que replican dicho benchmark (indexados), eficientes y de muy bajo costo, como los ETFs que cotizan en el mercado global, a partir de sólo 1,000 pesos. A través de una casa de bolsa en línea y sin comisiones adicionales por administración.
Sin embargo, los seguros con ahorro garantizado son otra historia. En muchos casos (siempre hay que ver bien el producto específico) nos devuelven la totalidad de nuestras aportaciones ajustadas a la inflación, más un pequeño rendimiento adicional. Nos devuelven más de lo que pagamos, en términos reales.
En el mundo, la enorme mayoría de los instrumentos de deuda pagan menos que la inflación desde hace muchos años. Esto también es cierto en México (sobre todo cuando uno descuenta el ISR).
Entonces, el tener acceso a un instrumento que me garantiza un rendimiento real y que además me cubre contra fallecimiento e invalidez durante toda mi vida productiva, es una excelente opción. Pero siempre, desde luego, mirando nuestra planeación financiera personal de forma integral.