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México, no te confíes
Este mes es clave en la renegociación del TLCAN. México debe tener una estrategia paralela, un plan de contingencia, varios escenarios previstos.
México tiene que estar muy alerta. Hace unos días, el presidente Trump sufrió una derrota al no poder dar un golpe definitivo al Obamacare cuando tres senadores de su partido sumaron sus votos a los 48 demócratas para salvar hasta ahora (con 51 votos contra 49), uno de los principales legados del presidente Obama en materia de salud.
Además de esta derrota política, la salida de dos de sus colaboradores más cercanos, Reince Priebus, ex chief of staff, y Anthony Scaramucci, ex director de Comunicación, pone en evidencia el caos que ensombrece a la Casa Blanca.
Trump no es la clase de persona que acepte varias derrotas seguidas, de ahí que su orgullo lo llevará a hacer todo lo posible para asegurar que pueda cumplir sus principales promesas de campaña. México está en la mira. Agosto es un mes clave en la renegociación del Tratado de Libre Comercio (TLCAN).
Los principales negociadores llevan meses trabajando para lograr que el tratado siga vigente y salga bien librado. Sin embargo, Trump ha demostrado una y otra vez que su forma de hacer política nada tiene que ver con la razón sino con el capricho del momento.
Resulta imposible confiar en quien actúa siguiendo su propia narrativa basada en resentimiento, coraje, división y confrontación; en un presidente que, con tal de devolverle la grandeza a su país, está dispuesto a insultar, a pisar y a destruir a quien, en su imaginación, resulte un obstáculo o un enemigo.
Trump sabe que una de las promesas que más votos le generó entre la clase trabajadora que se siente desplazada por el TLCAN es precisamente acabar con lo que describió como el peor acuerdo comercial firmado. Aunque toda la evidencia en los tres países demuestre lo contrario, al presidente de Estados Unidos no le importa ninguna cifra, dato o argumento que contradigan su visión hiperlimitada de la realidad. Trump se cree dueño de la verdad.
México ya debería haber aprendido la lección para tener una estrategia paralela, un plan de contingencia, varios escenarios previstos. Ojalá todo camine en la dirección que los negociadores están vislumbrando.
Ya aprendimos que, en un mundo de creciente incertidumbre en donde todo se está reconfigurando a gran velocidad, la razón, la justicia y el sentido común no siempre triunfan, por no decir casi nunca. Pase lo que pase, la resiliencia de México debe estar a prueba de Trump.