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Opinión

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Omisión fatal

En la oportunidad para América Latina de aprovechar el proceso de “nearshoring”, México, señala el Financial Times, lleva mano.

Después de la muerte de Mao, China se pasó del comunismo al capitalismo. Pero ese tránsito a la economía de mercado no ha evitado el enfrentamiento estratégico con la gran potencia del hemisferio que es Estados Unidos. A mayor abundamiento, en tiempos recientes el enfrentamiento estratégico se ha incluso exacerbado. Y como resultado de esa suerte de segunda “guerra fría”, ahora con la potencia asiática, ha tenido lugar un proceso muy intenso por parte de Estados Unidos de sustitución de importaciones provenientes de China y de relocalización de las inversiones externas estadounidenses a otros países más amistosos. A este segundo proceso se le ha dado la designación coloquial de “nearshoring”.

El tema de esos esos dos procesos de reacomodo económico mundial y sus implicaciones sobre América Latina y México fue tratado en un artículo de publicación reciente en el prestigiado diario británico Financial Times (FT). Con respecto a las importaciones de Estados Unidos, estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sitúan a las adicionales que se generarán por efecto de los procesos descritos en 78,000 millones de dólares. Y un dato complementario es que las exportaciones de otros países asiáticos a Estados Unidos se incrementaron de 2018 a 2021 de 12.6 a 17.4 % sobre el total. En cambio, se destaca en el reportaje, no ha habido tal repunte por parte de las exportaciones a EU por América Latina.

En esa oportunidad para América Latina de aprovechar el proceso de “nearshoring”, México, señala el Financial Times, lleva mano. ¿Por qué? La razón monda y lironda es su vecindad geográfica con los Estados Unidos. Las estimaciones del BID apuntan a que del incremento de las importaciones por parte de Estados Unidos aproximadamente la mitad podrían ser cubiertas por México. Y lo más relevante, sería el esfuerzo de inversión externa que atraería ese incremento de las exportaciones locales.

Cuando impartía cátedra, solía explicar a mis alumnos que no puede haber desarrollo económico sin acumulación de capital. Y la acumulación de capital solo puede provenir de la inversión local y de la inversión externa. El “nearshoring” abre una gran posibilidad de expansión a ambas, pero principalmente a la externa. Con todo, según el reportaje del FT, esa oportunidad no parece estar aprovechándose. Al respecto, el presidente del BID incluso declaró: “Esta debería ser la época dorada de la inversión en México”. Es decir, no parece haber consciencia de la oportunidad histórica.

bdonatello@eleconomista.com.mx

Columnista

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