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Opinión

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Programa PNPC 2022 – 2024

Frente a una parte de diagnóstico muy amplia y bien fundamentada, se advierte en el reciente PNPC 2022 – 2024 insuficiente fundamentación proactiva...

El tema de inspiración para la presente entrega es la reciente publicación del Programa Nacional de Protección Civil (PNPC) 2022 - 2024. Y por un reportaje periodístico correspondiente, me entero y hago alusión a un organismo denominado Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred). Pero, por la propia información estadística que emite esa entidad, parece que le hace poco honor a su supuesta misión preventiva. Según informes del mismo Cenapred, del año 2000 al 2020 las pérdidas económicas causadas por desastres llegaron a más de 576 millones de pesos, provocaron 10,627 muertes y dañaron a 1.8 millones de viviendas y a más de 41,000 escuelas.

Según todos los indicios, el reciente PNPC 2022 – 2024 resultó mucho más sesgado al lado del diagnóstico que al de prevención y saneamiento. En cuanto a diagnóstico, se explica en el documento correspondiente que entre las principales debilidades del país sobresalen la falta de planes de protección en los órdenes municipal y estatal, insuficiente ordenamiento territorial, carencia de análisis de riesgo para las obras de infraestructura, marcos regulatorios obsoletos y un sistema de sanciones muy débil ante los incumplimientos de disposiciones. En el documento se habla también de la vulnerabilidad de los asentamientos humanos en el territorio nacional ante los riesgos de desastre que surgen por los fenómenos naturales y un crecimiento desordenado.

Textualmente, el programa hace referencia a la vulnerabilidad de México frente la posibilidad de desastres “al ser uno de los países con mayor extensión territorial y el undécimo más poblado del mundo...” Y la vulnerabilidad del país por la posibilidad de desastres encuentra su origen en tres factores: “el peligro de ocurrencia de fenómenos de diversa naturaleza”, la proliferación de “asentamientos humanos en zonas de riesgo” y la existencia de “infraestructura pública y privada no resiliente”.

Pero frente a esa parte de diagnóstico tan amplia y bien fundamentada, se advierte en el PNPC 2022 – 2024 insuficiente fundamentación proactiva. Es decir, en sus propias palabras, mayor “inclinación hacia las medidas reactivas sobre las acciones preventivas”. En su aspecto político o si se prefiere administrativo, en el programa sus redactores se preocuparon en justificar la desaparición del Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden) y se trata de respaldar la tesis en favor de un programa específico presupuestario. Y en el documento también se habla de “consolidar un sistema nacional de alertas y profesionalizar al personal responsable de protección civil”, pero hasta ahí...

bdonatello@eleconomista.com.mx

Columnista

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