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¿Qué está pasando en Reino Unido?
El viernes 23 de septiembre, la flamante primera ministra de Reino Unido, Liz Truss, presentó un ambicioso plan para estimular el crecimiento económico, con una meta de 2.5% anual en el mediano plazo, mediante una reducción en la carga impositiva para los contribuyentes en Reino Unido.
El principal objetivo del plan era lograr un incremento en la productividad a través de la reducción en los impuestos y el incremento en subsidios a los precios de los energéticos. Este paquete estaría financiado con un incremento en el déficit fiscal y mayor endeudamiento.
El plan no fue acompañado de un estudio de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR, por su sigla en inglés), entidad independiente con presupuesto gubernamental que analiza el impacto de mediano y largo plazos en las finanzas públicas.
Aunque el ministro de Finanzas de Reino Unido, Kwasi Kwarteng, comprometió al OBR a presentar su estudio para el 23 de noviembre, el plan fue recibido con un resonante rechazo por los mercados, los especialistas e inclusive el Fondo Monetario Internacional.
La reacción de los mercados fue brutal e inmediata. Las tasas que pagan los bonos gubernamentales a 10 años de Reino Unido –conocidos como gilts– se incrementó de 3.5 a 4.5%, su nivel más alto desde el 2008. El movimiento en la tasa es el de mayor magnitud en un solo mes desde 1957.
La libra esterlina se depreció de 1.12 dólares por libra a 1.05, su nivel más bajo en la historia, mientras que el principal índice accionario de Reino Unido, el FTSE 100, bajó 5% entre el día del anuncio su cierre de la semana pasada.
La debacle en el mercado de bonos de largo plazo obligó al Banco Central de Inglaterra (BoE, por su sigla en inglés) a pausar temporalmente su plan de normalización de política monetaria, inyectando 1,000 millones de libras en un solo día y anunciando que destinaría el monto que sea necesario para garantizar la estabilidad del mercado de tasas de largo plazo.
El BoE justificó su intervención argumentando que, de continuar, el endurecimiento desordenado de las condiciones financieras en los mercados incrementaba materialmente los riesgos a la estabilidad financiera de Reino Unido.
En un inicio, el gobierno conservador de Liz Truss trató de endosar el comportamiento de los mercados a factores exógenos relacionados con el incremento global en los niveles de aversión al riesgo.
Sin embargo, para ayer lunes, el gobierno de Truss había anunciado algunas modificaciones a su plan económico, incluyendo la cancelación de algunos de los puntos más contenciosos como la propuesta de eliminar la tasa impositiva mínima de 45% a aquellos que ganan más de 150,000 libras al año.
Para los especialistas, la decisión del gobierno de presentar un programa de estímulos fiscales cuando la inflación en Reino Unido se ubica en 11%, su nivel más alto en décadas, es un verdadero despropósito.
Muchos especialistas temen que el fuerte incremento en las tasas de interés provocado por el anuncio prácticamente borraría el beneficio de los subsidios y la reducción en las tasas impositivas.
En un acto que casi nunca ocurre, el FMI emitió una recomendación a Reino Unido para reconsiderar su plan de estímulos fiscales dado el contexto de alta inflación y el esfuerzo de política monetaria para contenerla.
La recomendación del FMI también mencionó que el plan de Truss podría inclusive aumentar la desigualdad. Aunque el gobierno ha comenzado a hacer concesiones en su plan y tanto las tasas como la libra han recuperado un poco de terreno, las concesiones hechas hasta ahora parecen insuficientes.
En otro tema, Banxico cumplió con lo esperado por el mercado la semana pasada, elevando la tasa en tres cuartos de punto de manera unánime, revisando al alza las expectativas de inflación para el 2022 y 2023, y posponiendo la convergencia con la meta inflacionaria de 3% hasta mediados del 2024.
Como mencionamos en la edición de Sin Fronteras previa al anuncio de Banxico, esperamos que el ciclo de alzas continúe y que la tasa de fondeo llegue a 10.5% para el cierre de este año y a un máximo entre 10.75 y 11% para principios del 2023.