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Opinión

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Recordar es volver a vivir

La frase fue usada por Kodak hace décadas para vendernos la idea de sus cámaras como dispositivos para atrapar la vida. Si lo fotografías ahora, podrás verlo dentro de veinte años y recordar cómo era todo. Cómo era tu abuela fallecida, cómo eran tus niños de pequeños, como eras tú antes de subir de peso y perder el pelo, el empleo, el matrimonio.

Tuvieron que pasar algunos años para que la ciencia demostrara que la frase era más que un lema publicitario. Recordar es muy similar a volver a vivir. Basta poner un cerebro humano bajo la inspección de una resonancia magnética (Neurofeedback). Las áreas que se activan cuando se vive algo (cuando se registra por primera vez la memoria en el cerebro) son casi las mismas que se activan cuando se piensa en ese momento.

Pero lo de Kodak eran sólo fotografías, detonadores visuales de la memoria almacenada. ¿Qué pasa cuándo el estimulo es mayor? A la fotografía la siguió el audio y más tarde el cine y el video en todas sus modalidades. Lo que se está desarrollando hoy en día es más inquietante.

Con la invención de dispositivos de realidad virtual (como el Oculus Rift) se abrió el camino para que los estudios de cine, televisión y las empresas informáticas apuraran el desarrollo de productos en forma de películas, videojuegos o redes sociales de tipo inmersivo.

Si te preocupa el número de usuarios pendientes de la pantalla del teléfono, piensa que acá el espectador participará de forma mucho más compleja, desplazándose, interactuando, concentrando toda su percepción en la realidad virtual. Una de las facetas más atractivas de los dispositivos RV es esa experiencia audiovisual de 360 grados, que ya se puede ver en YouTube en publicidad y videos de National Geographic.

En el último festival publicitarios de Cannes Lions, uno de los vicepresidentes de Google, Clay Bavor, dijo que lo que la gente piensa que es realidad virtual es erróneo. Después habló de sus prototipos para grabar realidad virtual. Dispositivos con los que podemos atrapar momentos de la vida. Lo que vemos y escuchamos a nuestro alrededor.

He grabado pequeños momentos , dijo sentarme con mi abuela en su casa. Desayunar con mi hijo. Y aquí está el tema, dentro de algunos años, cuando mi abuela ya no esté, podré sentarme con ella de nuevo. Dentro de veinte años cuando mi hijo pequeño sea un adulto, podré ponerme unos goggles y sentarme en la mesa del desayuno con él, todavía pequeño .

No se trata de ciencia ficción salida de un estudio de Hollywood. Los prototipos existen y se especulan las posibilidades que tendrán, por ejemplo, para estimular cerebros devastados por el Alzheimer.

Entra a colación un anuncio científico aún más alarmante. La revista virtual STAT, presenta hace unos días una nota sobre un experimento científico realizado por Takeo Watanabe en la Universidad de Brown en sociedad con un instituto de investigación japonés. Su idea...implantar un recuerdo en un cerebro humano. Investigaciones previas de Neurofeedback probaron que si sus sujetos jugaban un juego, al final habían generado nuevas conexiones cerebrales.

Watanabe busca usar el escaneo para enseñar una habilidad o una idea... sin que la persona se dé cuenta que la está aprendiendo. En su reporte más reciente afirmó que había enseñado a sus sujetos cómo ver el color rojo mientras veían rayas en blanco y negro. Es casi trivial, pero profundamente inquietante.

Se vale pensar en Matrix, Inception y otra media docena de películas, incluyendo Proyecto Brainstorm. Donde una tecnología permite grabar no sólo lo que vemos y oímos, sino también lo que sentimos. La película es de 1983 y como buena parte del cine de ciencia ficción era una exploración y una moraleja para advertirnos de lo que depara el futuro.

Y ese futuro que es casi presente, pone a temblar a más de uno. Si hay tanta gente deprimida, que vive atrapada en su propio pasado, pensando en lo que fue y ya no es o en lo que nunca fue. En duelo permanente por un ser querido, un momento de éxito fugaz o uno de esos momentos en que si hubiéramos hecho otra cosa, todo sería diferente . ¿Qué pasará cuando en el buró tengamos un aparato con esos momentos grabados para la eternidad? Podremos interminablemente comer con la abuela o ver a los niños pequeños o disfrutar ese aplauso de los colegas, esa fiesta juvenil cuando el mundo estaba lleno de amor y promesa. ¿Quién se va a parar de la cama?

Twitter @rgarciamainou

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