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Opinión

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Rescoldos de una derrota

El Día D, Xóchitl Gálvez votó y decidió pasar el resto de la jornada electoral con su equipo más cercano y comer con esposo y sus hijos. En un hotel de Polanco, rentado por el PAN, haría frente a la noche más importante de su vida.

Alito Moreno y Marko Cortés habían acordado dividir las facturas de las exit polls de las nueve gubernaturas en disputa. La elección presidencial quedó a cargo de la campaña. Apenas si cerraron las urnas, los dirigentes nacionales del PRI, del PAN y del PRD acudieron al cuartel de la campaña de Santiago Taboada. Sin sustento estadístico, decidieron salir a cantar una victoria improbable.

Ninguna de las cuatro encuestadoras contratadas por el equipo de Xóchitl pudo darles buenas noticias. Los consultores reportaron a los líderes partidistas y al coordinador de la campaña que las altas tasas de rechazo en las entrevista a boca de urna eran un obstáculo insalvable.

Las proyecciones de las televisoras acallaron la narrativa frentista, sustentada en tendencias inverosímiles. ¿La matemática resultó ingenua? Xóchitl eximió a los suyos por la falta de información en esas horas críticas, pero no perdonó a los líderes partidistas. Y junto con Juan Pardinas, Max Cortázar y sus hijos, encaró la decisión más difícil: reconocer su derrota.

Gálvez Ruiz nunca pudo superar su “pecado original” —Claudio X. González dixit—: representar al PRIAN, según los señalamientos vertidos desde Palacio Nacional incluso antes del inicio de la campaña.

¿Xóchitl se enclaustró con su equipo más cercano o los partidos la dejaron sola? Ante un público expectante, antier por la noche, Claudio X. González hizo un repaso puntual de lo ocurrido en el último tramo del sexenio lopezobradorista.

El empresario, uno de los más decididos impulsores de la Marea Rosa, sabía que era muy complicado ganar la contienda presidencial, pero nunca imaginó una derrota tan contundente.

¿Y si Movimiento Ciudadano se hubiera sumado al frente? “Hicimos esfuerzos desmedidos, tenaces, para tratar de sumarlos”, relató a los colonos del fraccionamiento de Atizapán. “Unir a toda la oposición era la idea correcta. No lo logramos, pero lo intentamos”.

Los ciudadanos y su candidata son enfáticos: lo que impactó el resultado de la elección no fueron las trampas de un día, sino los abusos de cinco años y medio.

En la resistencia a la 4T, los ciudadanos hicieron su parte. ¿Y los partidos? “Conseguimos que hubiera una candidata distinta”, sostiene González. “Xóchitl no era la candidata natural de esa coalición, pero Xóchitl fue la candidata correcta”, insiste, tras de elogiar la honorabilidad, la entereza y la resiliencia de la senadora hidalguense.

“Organizamos cuatro marchas históricas. Nunca antes vistas en México y pocas veces vistas en el contexto mundial y eso es extraordinario”, añade, “nos debemos sentir muy orgullosos de lo que nos tocó hacer. Nos movimos. Hicimos cosas extraordinarias (aunque) no suficientes”.

Formalmente, la Marea Rosa —en la que ahora confluyen seis organizaciones ciudadanas— apareció en la escena pública en noviembre del 2022 ante la intentona oficialista de desaparecer al INE.

Al margen de los partidos políticos, la Marea Rosa contribuirá a la construcción de "una alternativa de esperanza". Pero en las próximas semanas, exigirán que se aclaren las irregularidades de la jornada electoral y particularmente combatirán la "sobrerrepresentación ilegal" que daría la mayoría constitucional a Morena y sus aliados en el Congreso de la Unión. 

Al frente de ese esfuerzo ha quedado la abogada itamita y exconsejera en el IECDMX, Mariana Calderón Aramburu.

alberto.aguirre@eleconomista.mx

Periodista y columnista de El Economista, autor de Doña Perpetua: el poder y la opulencia de Elba Esther Gordillo. Elba Esther Gordillo contra la SEP.

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