Los directivos de Salud Digna, la cadena de análisis clínicos y diagnóstico de bajo costo, afirman que el sector está obligado a modificar el paradigma donde queden atrás los amplios márgenes de ganancias como a los que están acostumbrados desde hace muchos años los dueños de laboratorios en esta rama.
Juan Carlos Ordóñez Zamudio, director general de Salud Digna, compara las quejas del sector contra Salud Digna con las de los taxistas que ven como un ataque y como competencia desleal la llegada de Uber porque ofrece mejor servicio y mucho menores precios, cuando de lo que se trata sencillamente es de la llegada de un modelo disruptivo en beneficio del paciente consumidor.
Nos asegura que la llegada de Salud Digna no es una competencia desleal, sino un caso de éxito de una empresa cuyo objetivo no es la rentabilidad lucrativa, sino una rentabilidad social haciendo accesible la prevención con una calidad incuestionable.
Y como muestra de que su modelo operativo tiene una base sólida, menciona una reciente auditoria que les hizo el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) como parte de un programa que busca soluciones creativas e innovadoras para los principales problemas de la población en América Latina, en este caso la salud. En respuesta a una anterior columna publicada en este mismo espacio, nos hizo ver que cumplen a cabalidad con la Junta de Asistencia Privada, además de que el Centro Mexicano para la Filantropía le otorgó el distintivo de más alto nivel en institucionalidad y transparencia.
Ordóñez argumenta además la inclusión de Salud Digna como uno de los tres casos centrales estudiados en la maestría en la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard en la materia Organizaciones no Lucrativas de Alto Desempeño impartida por el profesor Allen Grossman.
Y agrega un dato más: son el único laboratorio mexicano certificado por la Joint Commission International (JCI), organismo de mayor prestigio en certificación de calidad en servicios de salud. No hay laboratorio –agrega- que tenga más sucursales certificadas con el ISO de calidad especifico para laboratorios clínicos, algo que en Europa es obligatorio pero en México no.
¿Cómo lo logran? Ordóñez nos explica que no es gracias a subsidios cruzados ni al régimen fiscal preferencial por ser una Institución de Asistencia Privada (IAP) –como señala el Consejo Mexicano de Empresas de Diagnóstico (Comed)- sino más bien gracias a las inversiones en tecnología, manejo de escalas y altas eficiencias.
Si el SAT les pide cambiar de figura fiscal, asegura que así lo harán pero ello no les impedirá mantener el diferencial en precios pues éste es derivado ante todo de eficiencias más que por costos; y para esa eficiencia, aclara, no todo es volumen.
Y es que el objetivo de Salud Digna desde su origen –apunta Ordóñez- está basado en una filantropía moderna donde no se trata –como suele hacerse- de primero tener ganancia para luego repartirla con quien menos tiene, sino de ser una organización sustentable y eficiente para generar ganancia social con su propia operación dando precios accesibles.
Salud Digna ya se acercó a la Comisión Federal de Competencia (Cofece) que encabeza Alejandra Palacios, para pedirle que verifique al detalle el cumplimiento regulatorio en toda su operación, pero no sólo eso, sino que se pronuncie si hay o no problema para aclarar ante los señalamientos de sus competidores.
Vector Pharma, víctima de su propio éxito Resulta que Anafam, encabezada por Dagoberto Cortés, tuvo que cambiar a última hora la sede de Vector Pharma, pues su 7ª edición rebasó las expectativas y llegarán más empresarios y directivos de los previstos. Serán 136 empresas participantes de 33 países en el encuentro de negocios más importante de la industria farmacéutica en la región y esta vez se llevará a cabo en el hotel Hilton Reforma de la ciudad de México. Inaugurará el secretario de Salud José Narro junto con el subsecretario de Economía Rogelio Garza, así como Julio Sánchez y Tépoz, titular de Cofepris, y Paulo Carreño, titular de ProMéxico.