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Se endeudan y además espían
El riesgo de no valorar y defender nuestra libertad es que el gobierno cada vez se atreve a ir más lejos, hasta llegar a donde nosotros se lo permitamos.
Nos hemos mal acostumbrado a que México sea el país donde pasa todo y no pasa nada. Un país donde todos los días sigue habiendo crímenes, violencia de todo tipo, abusos de poder, periodistas asesinados, activistas desaparecidos, casos de corrupción detestables y, al mismo tiempo, todo sigue igual porque no hay sanciones, ni castigos, ni consecuencias.
La noticia reciente sobre el ritmo de crecimiento de la deuda resulta alarmante. De acuerdo con información del Banco de México, hoy sabemos que, en lo que va de este sexenio, la deuda se ha incrementado 44%, ubicándose en 1 billón 935,657 millones de pesos. Dicho en otras palabras, el gobierno de Peña Nieto ha aumentado la deuda pública a un ritmo de 1,194 millones de pesos por día.
¿Quién va a pagar por esto? Nosotros. Como siempre somos los ciudadanos los que pagamos todas las facturas, errores, omisiones y corruptelas del gobierno y de miles de funcionarios públicos que son insaciables. De ahí que su único objetivo sea ordeñar las arcas del país, mal usar y robar nuestros impuestos y encima adquirir una deuda que ninguno de ellos piensa pagar porque simplemente la heredan.
La lista de aquello que lastima la dignidad, la libertad, la seguridad y la economía de millones de familias es interminable. No obstante, hoy también sabemos que el gobierno espía a activistas y periodistas, quizás ésta es sólo la punta del iceberg.
El problema es que los mexicanos no sabemos cuál es el rol del gobierno y para qué existe, de ahí nuestra poca capacidad para exigir y vigilar que cumpla con sus funciones principales. El gobierno está para garantizar el derecho a la vida, la libertad, la seguridad y la propiedad de todos los mexicanos sin distinción.
En México no sólo no cumple en garantizar la libertad, encima se atreve a coartarla violando la privacidad a través del espionaje. El riesgo de no valorar y defender nuestra libertad cada día, todos los días, de manera individual y colectiva, es que el gobierno cada vez se atreve a ir más lejos, hasta llegar a donde nosotros se lo permitamos.
Cuando los ciudadanos, ya sea por apatía, conformismo o ignorancia, permitimos que el gobierno viole sistemáticamente nuestros derechos perdemos en algún momento toda posibilidad de defenderlos. Hay quienes reaccionan a tiempo y al tomar la responsabilidad en sus manos, redirigen y salvan a sus países. Ojalá seamos de esos.