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Son igual de importantes las metas financieras que las metas ocultas
Prácticamente todos los días y durante las diferentes etapas de la vida, las personas deben tomar decisiones de consumo, gasto, ahorro e inversión con la intención de satisfacer la mayor parte de sus necesidades o gustos con un presupuesto que, en ocasiones, es limitado. Derivado de ello, surge la necesidad de hacer un ejercicio de optimización para el uso de los recursos en el cual establecer metas financieras y elaborar un plan financiero de vida es fundamental.
Las metas se conciben de diferentes formas: pagar la educación de los hijos, comprar un coche nuevo, un bien inmueble, un viaje por Europa, entre otras. Este tipo de objetivos son válidos y por ello la sugerencia es plantearlos con atributos adicionales que los eleven a “meta financiera”:
A) específica el monto de los recursos requeridos; B) contempla el tiempo en el que se desea alcanzar; y C) define su prioridad con respecto a las demás metas. Incorporar estos tres aspectos a la definición de metas financieras permitirá asignar con mayor eficiencia los recursos y tener mayor claridad para poder seleccionar el vehículo de inversión cuyo horizonte temporal sea acorde con el del plan personal.
Otro aspecto sumamente relevante es acoplar en el plan financiero de vida las “metas ocultas”. Éstas son aquellas que la mayor parte de las veces no se reconocen de manera explícita pero que prácticamente todos tienen y que, por tanto, es conveniente incorporar en el plan financiero de vida para mitigar riesgos que podrían comprometer la estabilidad financiera en un futuro.
Un ejemplo de meta oculta es contar una casa en buen estado durante toda su vida útil. Se asume que una vez que se adquiere permanecerá funcional sin tomar en cuenta que cabe la posibilidad, remota pero existe, de perderla en un evento catastrófico. Lo mismo ocurre con la salud, se piensa durante toda la vida que no habrá contratiempos en ese sentido, sin tomar en cuenta la posibilidad de enfermar en algún momento y ver mermada la capacidad de generar ingresos.
Las metas ocultas también deben estar claramente definidas e incorporadas en el plan financiero de vida. Ello implica cerciorarse de contar con los recursos para poder cumplirlas, mitigando el riesgo de ocurrencia de un evento imprevisto, a través de la adquisición de una póliza de seguro.
Una vez que se tengan definidas y priorizadas las metas financieras, se habrá dado el primer paso, y probablemente el más importante, para elaborar el plan financiero de vida. El siguiente paso es buscar los vehículos de inversión cuyo perfil de riesgo y horizonte de inversión sean acordes con las metas planteadas.
Una opción son los fondos de inversión, que ofrecen la posibilidad de invertir en diferentes tipos de activos, con diferentes horizontes de capital y perfiles de riesgo. Debido a ello, son una excelente opción para ayudar a alcanzar las metas financieras.
Álvaro Noel Solares Soto, Producto e Inteligencia de Mercado Asset Management