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¿Viene un TLC entre México y Brasil?
Diverficación incrementa la capacidad de negociación.
No sabemos qué pasará con el TLCAN, pero una cosa es segura, tendremos muchas noticias de comercio internacional en las próximas semanas. México está trabajando a marchas forzadas en la diversificación de sus mercados. En menos de una semana hemos tenido la conclusión de las negociaciones del tratado con la Unión Europea y la aprobación en el Senado del Acuerdo Transpacífico. Habrá más, porque algo se está cocinando entre México y Brasil. El Acuerdo de Complementación Económica se podría profundizar o, de plano, convertirse en un Tratado de Libre Comercio.
Brasil es una prioridad para México y una pieza simbólica que falta en nuestro rompecabezas de comercio internacional. Es verdad que hacia el Sur tenemos la Alianza del Pacífico, con Colombia, Perú y Chile, pero nadie puede negar que Brasil es una asignatura pendiente. La relación comercial de México con la mayor economía de América Latina es apenas una parte de lo que podría ser. Promedia 10,000 millones de dólares anuales y no se encuentra en el top cinco para ninguno de los dos países.
Enrique Peña Nieto se refirió a un TLC con Brasil desde el 2013. En ese momento, podía ser una buena idea, pero no era un asunto crucial para ninguno de los dos países. El TLCAN parecía una roca firme y Brasil estaba satisfecho con su proteccionismo comercial. Cinco años después, la intensificación de la relación bilateral se ve con otros ojos: Brasil ha pasado por la mayor crisis económica en casi un siglo y ha empezado a reconsiderar su tradición proteccionista. México necesita afirmar su vocación de apertura comercial desarrollando otros mercados, porque con Donald Trump nunca se sabe. Un día se queda callado y su equipo nos hace creer que está muy cerca el acuerdo de modernización del NAFTA. Al día siguiente, se refiere al Muro o a los migrantes y complica todo.
¿Ha llegado el momento para un TLC con Brasil? Lo único claro es que estamos ante una coyuntura atípica. Tenemos dos gobiernos que desean incrementar el comercio bilateral y esto rompe el molde: Las relaciones entre las dos mayores economías de la región han sido muy complicadas. Ha habido mucha competencia mal entendida y poca voluntad de colaboración.
Aquí y ahora, una de las áreas de oportunidad más claras es el comercio de granos. En particular, el maíz amarillo. México es deficitario de este producto y compra a Estados Unidos más de 10 millones de toneladas al año, mientras que adquiere de Brasil alrededor de 100,000 toneladas.
El principal obstáculo para incrementar las compras de granos a Brasil son las barreras sanitarias y fitosanitarias. Los brasileños han insistido en la remoción de estas barreras y México se ha resistido, en buena medida, porque Brasil ha ofrecido poco a cambio. México quiere/exige una mayor apertura a sus exportaciones de vehículos y autopartes, entre otras cosas.
México podría abrir la puerta en el mercado de granos, a cambio de conseguir mejores condiciones en exportaciones automotrices. Esto podría ocurrir con un pacto para ampliar el Acuerdo de Complementariedad Económica, pero un TLC funcionaría mejor, si lo que se pretende es la mayor resonancia.
¿Resonancia? Sí, en particular en Estados Unidos. Pase lo que pase con el TLCAN, es importante que los vecinos del Norte sepan que México tiene otras opciones. La diversificación es buena en sí misma, pero lo mejor de ella es que incrementa nuestra capacidad de negociación.